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Me considero una persona inquieta, y sin miedo a enfrentarme a todo tipo de retos. Precisamente por eso, no sé dónde estaré en cinco años. En todo caso, trato de no pensar demasiado en el futuro, me gusta disfrutar y exprimir el presente, y actualmente estoy donde quiero estar, y hago lo que me hace feliz. Esa es una de las mayores premisas en mi vida, ser feliz esté donde esté.

Mientras finalizas la carrera de Derecho compaginas tus estudios con la vida política municipal en tu municipio, Abanto-Zierbena. ¿Qué supuso para ti saltar de las aulas universitarias a la arena política?


Desde luego, todo un reto.

Antes de asumir esa responsabilidad ya sentía un fuerte interés por la política, participaba en diferentes medios de comunicación en debates y tertulias, era miembro de la junta municipal del PNV de Abanto y también era Lehendakari de la organización juvenil municipal del mismo partido. Sin embargo, asumir dicha responsabilidad pública fue para mi todo un orgullo, la gran oportunidad de compartir, conocer y ayudar a todas las personas que, al fin y al cabo, hacen de Abanto Zierbena lo que es, un pueblo solidario, implicado y especial.

En el momento de aceptar el cargo supe que había llegado el momento de devolverle a mi pueblo lo que durante tantos años me había dado, sentí un inmenso orgullo y a la misma vez mucho vértigo.

¿Qué balance haces de esos cuatro años? ¿Te atrae la idea de volver a la política en el futuro?

Fueron cuatro años de madurez personal y profesional. Desde un punto de vista profesional, la oportunidad de conocer el funcionamiento de la administración pública, la posibilidad de liderar equipos y asumir la responsabilidad de toma de decisiones importantes. A nivel personal, es indescriptible todo lo que supuso para mí el paso por el ayuntamiento. Aprendí a escuchar y sobre todo a entender el valor de cada una de las opiniones que recibía de los vecinos y vecinas, que, a su vez, eran amigas y amigos, ex compañeras y compañeros de clase, vecinos y vecinas de barrio, familia, etc.

Fue una difícil decisión no continuar en el Ayuntamiento, sin embargo, por mis convicciones, tenía claro que debía centrarme en mi carrera profesional, pues, siempre he defendido la idea de que la política tiene que ser liderada por profesionales cualificados, experimentados y con conocimiento de los sectores en los que vaya a prestar sus servicios públicos. No sé lo que me deparará el futuro, actualmente no contemplo la posibilidad de volver a la política. Y en el caso de volver, sin ninguna duda será porque haya gente que confíe en que sería una persona útil para desempeñar las funciones que se requieran en ese momento por mis conocimientos y experiencia.

Como siempre digo, a la política se va a aportar todo lo que se sabe, con humildad y entrega. Mi pasión por la política es innegable y seguiré colaborando en todo lo que pueda, porque, aunque cuando hablamos de política de inicio nos solemos referir a los cargos de responsabilidad pública, hay otras muchas formas de participar en ella con un valor incalculable.

Tras unos meses de alta como abogada autónoma, pasas al sector privado, primero en Mutualia y después en PwC, empresa que ofrece servicios de auditoría, consultoría de negocios y asesoría legal y tributaria. Asimismo, formas parte del claustro académico del Ilustre Colegio de la Abogacía de Bizkaia. ¿Podrías contarnos un poco de tu día a día profesional?

Tengo la suerte de trabajar en una de las mejores firmas de servicios profesionales del mundo. En PwC todos los días hay nuevos retos, proyectos y oportunidades. Sin duda es un gran sitio donde crecer profesionalmente, donde aprender a trabajar y superarse día a día. Ningún día es igual por eso me resultaría complicado explicar mi “día a día” en PwC, lo que sí podría decir es que “cada día, es un día nuevo”.

Sin embargo, hay una cosa que nunca cambia, el calor de mis compañeros. Tengo la suerte de formar parte de una gran familia, y es que nada sería igual sin ellos y ellas. Me han enseñado y guiado cuando no sabía por dónde debía caminar, siempre he encontrado una mano tendida cuando lo he necesitado, y también un momento de risas entre momentos de tensión.

Además, tengo la suerte de poder compaginarlo con las clases de Oratoria que imparto en los diferentes Masters de Acceso a la Abogacía en los que participa el Colegio de la Abogacía de Bizkaia. Cuando empecé los alumnos y alumnas apenas tenían 3 años menos que yo ¡imagínate! Les enseño algunas técnicas para hablar en público y principalmente trato de que pierdan el miedo a exponerse, que confíen en sus capacidades y que entiendan que una buena comunicación es fundamental no solo para su carrera profesional, sino para la vida.

En menos de diez años has podido experimentar dos ámbitos profesionales comprometidos. ¿Qué aprendizajes, y qué nuevas competencias, consideras haber adquirido en este tiempo? ¿Dónde te ves de aquí a cinco años?

He aprendido a trabajar en equipo y valorar cada una de las opiniones de las personas que me rodean, entendiendo que de todas las personas, siempre, tenemos algo que aprender. También, en estos últimos 10 años he aprendido a comunicarme de forma efectiva, si bien, siempre hay margen de mejora y por eso trato de fijarme en las personas que admiro profesionalmente, que son muchas. Sin embargo, una de las cosas más importantes que he aprendido en estos 10 años es a confiar en mí misma, a tomar mis propias decisiones confiando en mi criterio. No siempre acertaré, pero desde luego acierte o falle que sea por una decisión que yo haya tomado, para, de esta forma aprender de ella.

Me considero una persona inquieta, y sin miedo a enfrentarme a todo tipo de retos. Precisamente por eso, no sé dónde estaré en cinco años. En todo caso, trato de no pensar demasiado en el futuro, me gusta disfrutar y exprimir el presente, y actualmente estoy donde quiero estar, y hago lo que me hace feliz. Esa es una de las mayores premisas en mi vida, ser feliz esté donde esté.

Tras agradecerte por tu participación en este número de Deusto Alumni Time, y para finalizar, ¿qué recuerdos guardas de tu paso por las aulas deustenses?

Guardo buenísimos recuerdos, me hice mayor en esas aulas y conocí a personas que han resultado muy importantes en mi vida. En mi caso, cursé la carrera en euskera, éramos menos que los de las clases de castellano, y por eso el trato con los profesores era muchísimo más cercano. Aprovecho la oportunidad para animar a todas las personas que tengan pensado estudiar Derecho a hacerlo en euskera.

Tuve la suerte de ser alumna de grandes profesionales como Santiago Larrazabal, Andrés Urrutia, Alberto Atxabal, Lorenzo Goikoetxea, Eba Gaminde, Gema Tomás o Javier Arrieta entre otros.

¡Nos vemos por los pasillos de Deusto!

Eskerrik asko zuei!