Si hay ganas para hacer lo que realmente nos gusta os aseguro que se disfruta muchísimo y esa satisfacción, poder vivir de lo que te gusta, no se puede comparar con nada. A estas alturas, puedo decir que estoy muy orgullosa de la persona que soy hoy en día, y en gran parte es por el paso que di al venir aquí a trabajar, ya que ningún principio es fácil, pero puedo decir que también se aprende de los momentos difíciles.
Desde muy temprano, en plena preadolescencia, te involucras en acciones solidarias y en actividades deportivas, de tiempo libre y de cuidado de niñas y niños. ¿Cómo y cuándo descubres dentro de ti esta pasión por la educación?
Desde luego, todo un reto.
Respecto a las acciones solidarias, La Salle da la oportunidad a sus alumnos de participar en estas acciones como es Tandanacui y durante los años de la ESO me pareció una gran oportunidad para ayudar de una manera u otra en estas asociaciones.
Durante esos años de la ESO, el colegio también nos da la oportunidad de coger a un equipo de Primaria y entrenarlos durante un par de días a la semana para después jugar el partido de los sábados. A mí siempre me ha gustado el campo de la educación y, además, esta también era una manera de sacarnos un dinero, que no era mucho, pero a esa edad suficiente.
Además, siempre tuve claro que me quería sacar el título de monitora de tiempo libre porque me encantaba trabajar con niños, ya sea de monitora, de cuidadora o dando clases particulares. Una vez conseguí el título, empecé a trabajar como monitora en verano y además de eso también he cuidado a niños y he dado clases particulares.
La verdad es que no sé cuándo descubrí realmente que quería trabajar en el campo de la educación, pero sí que desde muy pequeñita me encantaban los niños y siempre he tenido mucha facilidad a la hora de trabajar con ellos.
Se podría decir que no has parado de compaginar la acción con la formación en todos los campos en los que te has involucrado. Y, “en tus ratos libres” —por llamarlo irónicamente así—has sido camarera de restaurante. ¿Cómo has conseguido mantener las fuerzas y compaginar tanta actividad?
Como bien he dicho antes siempre me ha gustado trabajar con niños ya sea de la manera que sea y la verdad que estos pequeños trabajos que tuve nunca me dieron “pereza”, por decirlo de alguna manera, ya que los hacia muy a gusto. Durante los cuatro años del grado siempre he estado trabajando por las tardes con niños y los fines de semana estaba en el restaurante. Si te digo la verdad, muchas veces he tenido momentos de mucho agobio por no poder llegar a todo, pero creo que siempre se sacan fuerzas para hacer lo que nos gusta. Además, el grado de Educación Primaria no es un grado que pida muchas horas de estudio. Es decir, es un grado donde se hacen muchos trabajos grupales e individuales por lo que siempre hay tiempo de organizarse y sacar todo adelante de la mejor manera posible.
Cuando finalizas tus estudios en Donostia-San Sebastián das el salto hasta Alicante. ¿Has notado alguna diferencia respecto de las experiencias realizadas en tus años anteriores en Zarautz o Azkoitia?
Sí, he notado un salto enorme. Al fin y al cabo, en las prácticas realizadas durante el grado no dejas de ser “la estudiante de prácticas” donde el tutor hace su labor y tú aprendes de él. En cambio, en Alicante he podido ver lo que de verdad es la labor del profesor, en mi caso la especialista de Audición y Lenguaje. Al principio fue muy difícil ya que tuve que venir de una semana para otra sin conocer nada, ni a nadie, sin tener piso… En el colegio también se me hizo muy duro, primero por el idioma, ya que yo no estaba acostumbrada al vocabulario relacionado con el tema de Audición y Lenguaje en castellano y, por otro lado, porque las prácticas de la especialización habían sido muy cortas. Pero para mi sorpresa el trato recibido por todos los profesores del colegio desde el principio fue muy bueno y eso hizo también que yo me adaptara muy fácilmente al trabajo y al colegio. Respecto al trabajo con el alumnado, desde el principio me he sentido muy libre a la hora de preparar las clases y de trabajar con los alumnos por lo que, por esa parte, me ha sido muy fácil trabajar en este colegio. Esta experiencia me ha servido para ver lo que realmente me gusta ser ya que siendo yo la docente, sin tener un tutor del que aprender, he podido ver toda la labor que hay detrás del trabajo realizado con los alumnos, tanto con los tutores que trabajan con niños y niñas con necesidades educativas especiales, como en las salas de profesores, con los gabinetes externos, con los logopedas externos… Y poder ver esta coordinación entre todos me ha parecido muy bonito.
Se ve, se nota, que disfrutas mucho de todo lo que haces. ¿Qué recomendarías a otras y otros Alumni de la Universidad de Deusto para disfrutar también de su profesión?
Que no pierdan cualquier oportunidad que se les presente por miedo o por inseguridades. Que lo hagan sin miedo porque seguro que si es algo que realmente les gusta saldrá bien. Y si no sale bien, seguro que se aprende algo nuevo, algo que no se esperaban. Así me ha pasado a mí. Llegue a Alicante con mis 22 años, recién salida de la universidad, con miedos, inseguridades, incertidumbre… Y, ahora que está a punto de terminar esta etapa en Alicante, veo todas las cosas que he aprendido tanto personal como profesionalmente y veo a una persona totalmente diferente a la que era hace 6 meses. Admito que ha habido muchos días en los que se pasa muy mal, ya sea por el trabajo o por otras cosas, pero esos momentos hacen que se disfruten más los buenos. Si hay ganas para hacer lo que realmente nos gusta os aseguro que se disfruta muchísimo y esa satisfacción, poder vivir de lo que te gusta, no se puede comparar con nada. A estas alturas, puedo decir que estoy muy orgullosa de la persona que soy hoy en día, y en gran parte es por el paso que di al venir aquí a trabajar, ya que ningún principio es fácil, pero puedo decir que también se aprende de los momentos difíciles.
Te agradecemos por el tiempo que nos has dedicado en esta entrevista. ¿Qué recuerdos te llevas de tu paso por las aulas de la Universidad de Deusto?
Aunque el último año del grado no lo pudimos disfrutar tanto como nos gustaría a causa de la pandemia, durante los cuatro años de la carrera no solo he crecido académicamente, sino que me parece que también lo he hecho personalmente. Además de eso, me llevo grandes amistades de la universidad y me parece algo estupendo poder compartir algo que me apasiona con otras personas a las que en un principio no conocía de nada. Muchas veces me acuerdo de aquellas conversaciones donde hablábamos de lo que queríamos hacer después de terminar el grado y cuatro años más tarde estoy aquí, en Alicante, que era lo último que me esperaba hacer después del grado, pero eso también me parece muy satisfactorio.