… la Universidad de Deusto no solo me brindó una formación académica sólida, sino que también me ayudó a crecer personal y profesionalmente. Me llevo recuerdos muy positivos de esta etapa, marcada por el aprendizaje continuo, la camaradería y las múltiples oportunidades de desarrollo.
Obtuviste un Premio de Reconocimiento Practicum de Psicología el último año de tus estudios de grado. ¿En qué consistieron tus prácticas? ¿Qué aprendizajes realizaste?
Durante el último año de mis estudios de grado tuve la oportunidad de realizar prácticas en un equipo de investigación de neuropsicología en la Universidad de Deusto, llamado “Neuropsicología de los Trastornos Médicos Severos”, lo que fue una experiencia sumamente enriquecedora y formativa. Mis prácticas consistieron en participar activamente en proyectos de investigación centrados en la relación entre el cerebro y el comportamiento humano, específicamente en cómo ciertas lesiones o disfunciones cerebrales pueden afectar la cognición y el comportamiento.
Dentro del equipo, mis responsabilidades incluían la administración y puntuación de pruebas neuropsicológicas, la recopilación y análisis de datos, así como la participación en reuniones de equipo donde discutíamos los avances y los resultados preliminares de nuestras investigaciones. Además, tuve la oportunidad de asistir a seminarios, lo que me permitió estar al día con los últimos avances en el campo de la neuropsicología.
Los aprendizajes que realicé fueron múltiples y variados. Primero, adquirí una comprensión profunda de las metodologías de investigación en neuropsicología, desde el diseño experimental hasta el análisis de datos. También desarrollé habilidades prácticas en la administración de pruebas neuropsicológicas, lo que me ayudó a entender mejor cómo evaluar y diagnosticar diversas condiciones neuropsicológicas. Además, aprendí a trabajar de manera colaborativa en un entorno de investigación, lo que implicó mejorar mis habilidades de comunicación y trabajo en equipo.
En resumen, las prácticas no solo me proporcionaron conocimientos técnicos y teóricos, sino que también me permitieron desarrollar habilidades prácticas y profesionales que serán cruciales en mi carrera como psicólogo. Este conjunto de experiencias y aprendizajes fue lo que me hizo merecedora del Premio de Reconocimiento Practicum de Psicología.
Posteriormente al Máster en Psicología General Sanitaria realizaste el Máster en Formación de Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas − Especialidad de Orientación Educativa. ¿Qué te llama más? ¿El ejercicio de la Psicología o la docencia?
Profesorado con especialidad en Orientación Educativa refleja mi profunda vocación tanto por el ejercicio de la psicología como por la docencia. En realidad, no considero que estas dos áreas sean mutuamente excluyentes, sino complementarias y enriquecedoras entre sí.
El ejercicio de la psicología me apasiona porque me permite comprender y ayudar a las personas en su desarrollo emocional y cognitivo. Durante mis prácticas en un equipo de investigación de neuropsicología, aprendí a valorar la importancia de una intervención psicológica basada en evidencia y desarrollé habilidades clínicas esenciales para el diagnóstico y tratamiento de diversas condiciones. La posibilidad de trabajar directamente con individuos para mejorar su calidad de vida y bienestar es una de las mayores recompensas de esta profesión.
Por otro lado, la docencia y la orientación educativa me llaman igualmente porque me brindan la oportunidad de influir positivamente en el desarrollo académico y personal de los estudiantes. A través de la orientación educativa, puedo aplicar mis conocimientos psicológicos para apoyar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje, ayudándoles a superar dificultades y a desarrollar sus potencialidades. La docencia me permite compartir mi conocimiento y pasión por la psicología con las nuevas generaciones, fomentando un entorno educativo inclusivo y motivador.
En conclusión, tanto la psicología como la docencia son campos que me llaman profundamente, y mi objetivo es integrarlos para ofrecer una orientación educativa de calidad que promueva el bienestar psicológico y el desarrollo integral de los estudiantes.
Durante el curso 2020-2021 fuiste becaria en el Grupo de Investigación «Neuropsicología de los Trastornos Médicos Severos». ¿Te atrae el mundo de la investigación?
Sí, el mundo de la investigación me resultó muy interesante y enriquecedor, y mi experiencia como becaria en el Grupo de Investigación «Neuropsicología de los Trastornos Médicos Severos» durante el curso 2020-2021 fue sumamente formativa.
Aunque disfruté de este trabajo y aprendí mucho sobre las metodologías de investigación y los trastornos neuropsicológicos, descubrí que no me veo siguiendo una carrera exclusivamente en investigación. Lo que realmente me apasiona es la orientación psicológica y la práctica clínica. Durante mis prácticas y estudios, encontré una gran satisfacción en el trabajo directo con pacientes, ayudándoles a superar desafíos emocionales y cognitivos, y viendo de primera mano el impacto positivo que la psicología puede tener en sus vidas.
La interacción directa con las personas, el desarrollo de planes de tratamiento personalizados y el apoyo continuo en su proceso de recuperación y mejora son aspectos que me motivan profundamente. La investigación es vital y valiosa, pero mi verdadera vocación está en el ámbito clínico y de la orientación psicológica, donde puedo aplicar mis conocimientos de manera práctica y ofrecer un apoyo directo y tangible a quienes lo necesitan.
Desde 2023 trabajas como Psicóloga en Bizgarri, en el Punto de Encuentro Familiar de Atención Especializada (P.E.F.A.E). Me imagino que verás situaciones familiares muy duras. ¿Qué es lo que destacarías del trabajo que realizas? ¿Qué es lo más gratificante? ¿Y lo más difícil?
Desde 2023, he estado trabajando como psicóloga en la empresa Bizgarri, específicamente en el Punto de Encuentro Familiar de Atención Especializada. En este entorno, me enfrento a situaciones familiares muy complejas y delicadas, que a menudo involucran conflictos severos y dinámicas familiares disfuncionales.
Lo que destacaría del trabajo que realizo es la oportunidad de ofrecer un espacio seguro y neutral para que las familias puedan interactuar y trabajar en la resolución de sus conflictos. Mi rol implica no solo supervisar las visitas entre familiares e hijos/as, sino también proporcionar apoyo emocional y estrategias para mejorar la comunicación y las relaciones familiares. Este entorno permite que los niños/as mantengan un vínculo con los/las familiares en situaciones difíciles, lo cual es crucial para su desarrollo emocional y bienestar.
Lo más gratificante de mi trabajo es ver el progreso y las mejoras en las relaciones familiares. Es increíblemente satisfactorio observar cómo, con el apoyo adecuado, las familias pueden trabajar juntas para crear un entorno más positivo y saludable para los/las menores. Ver a los/las familiares y a los/las hijos/as reconectar y mejorar su relación es una de las mayores recompensas de mi labor.
Por otro lado, lo más difícil es lidiar con la intensidad emocional y la carga que conllevan estas situaciones. Ver el impacto del conflicto en los/as niños/as y manejar las emociones fuertes de todas las partes involucradas puede ser muy desafiante. Es necesario mantener un equilibrio emocional y profesional para proporcionar el mejor apoyo posible sin dejar que las situaciones difíciles afecten mi bienestar personal.
Parar terminar, además de agradecerte por participar en este número, una última pregunta. ¿Qué recuerdos te llevas de tu paso por las aulas de la Universidad de Deusto?
Antes que nada, quiero agradecerles por invitarme a participar en este número. Los recuerdos que me llevo de mi paso por las aulas de la Universidad de Deusto son numerosos y muy significativos.
Primero, destaco la calidad académica y el rigor de los programas. Los/las profesores/as no solo son expertos/as en sus campos, sino que también se muestran accesibles y dispuestos/as a brindar apoyo personalizado a los/las estudiantes. Las clases eran estimulantes, y siempre se nos animaba a pensar críticamente y a aplicar los conocimientos teóricos en contextos prácticos.
Además, valoro profundamente el ambiente de colaboración y compañerismo que viví con mis compañeros/as. Formamos un grupo unido que se apoyaba mutuamente, lo cual hizo que el aprendizaje fuera una experiencia compartida y enriquecedora. Estas relaciones no solo hicieron que los años en la universidad fueran más agradables, sino que también han perdurado, creando una red profesional y personal que sigue siendo importante para mí.
Las oportunidades extracurriculares también fueron destacables. Participar en talleres y proyectos de investigación me permitió ampliar mis horizontes y aplicar lo aprendido en el aula a situaciones reales. Especialmente significativo fue mi trabajo en el equipo de investigación de neuropsicología, que me proporcionó una valiosa experiencia práctica y me ayudó a definir mis intereses profesionales.
En resumen, la Universidad de Deusto no solo me brindó una formación académica sólida, sino que también me ayudó a crecer personal y profesionalmente. Me llevo recuerdos muy positivos de esta etapa, marcada por el aprendizaje continuo, la camaradería y las múltiples oportunidades de desarrollo.