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Trinidad L. Vicente
Dir. Gral. Igualdad – DFB

El pensamiento feminista ha realizado aportaciones fundamentales a las teorías sobre ciudadanía, reclamando una ciudadanía plena y universal en la que los derechos no deben estar vinculados al género, a ninguna procedencia, modo específico de convivencia, estado civil, situación laboral, sexualidad, etc

El pasado jueves 21 de marzo has sido nombrada Directora General de Igualdad del Departamento de Empleo, Cohesión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia. Antes de nada, enhorabuena y gracias por concedernos esta entrevista. ¿Qué supone para ti este nombramiento?

Este nombramiento supone para mí un reto ilusionante: trabajar desde esta institución pública foral para que todas las mujeres, al igual que los hombres, puedan disfrutar de todos sus derechos fundamentales, en todos los ámbitos de la realidad social, sin discriminaciones. Mi compromiso personal con la consecución de la igualdad de género creo que ha quedado patente en el trabajo que vengo desarrollando en la Universidad de Deusto, y más concretamente desde la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y desde su Instituto de Derechos Humanos (a través de la docencia impartida, la investigación desarrollada, y las distintas actividades de sensibilización y de incidencia social llevadas a cabo). Pero ahora afronto este enorme desafío desde una institución pública como es la Diputación Foral de Bizkaia, y concretamente desde una Dirección General de Igualdad encargada de la transversalización de las políticas de género en el ámbito foral, y del desarrollo de políticas de coeducación, prevención, nueva masculinidad, erradicación de micromachismos, empoderamiento y atención a quienes son víctimas de violencia contra las mujeres. Las instituciones públicas, y las políticas públicas, deben afrontar que el compromiso con los derechos humanos supone asumir obligaciones para garantizar que las mujeres puedan disfrutar en todo momento del derecho a la igualdad y a la no discriminación en el goce de todos sus derechos fundamentales. Y a ello voy a dirigir todos mis esfuerzos en esta nueva etapa, tratando de alcanzar un objetivo con el que me siento completamente comprometida.

Llevas desde 1997 —toda tu carrera profesional— dedicada a la docencia e investigación —y activa militancia— en las áreas de Derechos Humanos, las migraciones internacionales, la sociología de género y los retos de la diversidad sociocultural. ¿En qué medida consideras que esta larga trayectoria académica contribuirá al desarrollo de tu función pública en este nuevo cargo?

Yo siempre he pensado que la universidad aporta conocimientos y, sobre todo, herramientas para seguir conociendo y para afrontar los nuevos retos que a lo largo de nuestra vida se van presentando. Y que tan importante como encontrar respuestas es saber plantearse nuevas preguntas. Cuando yo realicé mi carrera en CC.PP. y Sociología, el plan de estudios que seguí todavía no incluía materias que abordaran las migraciones internacionales, los derechos humanos o el género. Pero ello no ha impedido que con lo aprendido me fuera especializando dentro de esta área de conocimiento en cuestiones como los procesos migratorios actuales, la gestión de la diversidad sociocultural o la defensa de los derechos humanos, y ello con una clara perspectiva de género y feminista. Y la militancia activa me ha aportado siempre un contacto con la realidad y una dosis extra de ilusión y de compromiso a los que nunca he querido renunciar. Ahora me toca afrontar un nuevo reto desde un ámbito distinto, pero creo que las bases y los pilares en los que apoyarme van a ser fundamentalmente estos mismos que han sido centrales en el desarrollo de mi vida universitaria. Una vida universitaria que tampoco voy a abandonar del todo.

Acabas de aterrizar en la Diputación. Si te permitieras soñar, ¿qué herencia te gustaría dejar tras tu paso por el área de Igualdad de la DFB?

La herencia que me gustaría dejar tras mi paso por la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia sería un avance real en el camino por la igualdad de derechos y de oportunidades para mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida, en el reconocimiento de estos derechos como un avance necesario para el conjunto de la población —no solo para las mujeres—, así como en el compromiso para su consecución por parte de la ciudadanía en su conjunto.

Siguiendo con los sueños, ¿qué esperarías encontrar por parte de las ciudadanas y los ciudadanos de Bizkaia como contribución para la consecución de tus anhelos?

El pensamiento feminista ha realizado aportaciones fundamentales a las teorías sobre ciudadanía, reclamando una ciudadanía plena y universal en la que los derechos no deben estar vinculados al género, a ninguna procedencia, modo específico de convivencia, estado civil, situación laboral, sexualidad, etc. El feminismo ha puesto encima de la mesa las contradicciones de un sistema de dominación patriarcal basado en relaciones desiguales, y de un sistema de producción capitalista con importantes impactos en el medio ambiente; ha modificado las fronteras entre lo personal y lo político, ha complejizado la dimensión universal y particular, ha planteado la necesidad de crear estructuras y discursos más igualitarios, incluyentes y plurales, que construyan prácticas más activas y participativas políticamente. Y, por supuesto, ha reivindicado a las mujeres como sujetos activos, con habilidades para formular sus deseos y exigencias, y con capacidad de decidir sobre su vida y de actuar. El trabajo por la consecución de esta ciudadanía plena y universal tiene una clara dimensión práctica y, por tanto, política, siendo preciso distinguir el nivel de la representación política (ejercida desde los canales institucionales) y el nivel de la actividad política de las personas (ejercida desde los movimientos sociales, etc.). Y es precisamente en este aspecto donde me gustaría encontrar un creciente compromiso de la ciudadanía de Bizkaia en la reivindicación de un claro avance hacia una sociedad caracterizada por la justicia, la solidaridad, el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia y la igualdad entre mujeres y hombres.

Para terminar, además de desearte lo mejor para esta nueva fase en tu vida, ¿qué recuerdos guardas de tus años como estudiante en la Universidad de Deusto?

De mi vida como estudiante en la Universidad de Deusto guardo muchos y gratos recuerdos. Comencé mi etapa universitaria con cierta incertidumbre, porque elegí una carrera, Sociología, aun no sabiendo exactamente si cubriría mis expectativas. Pero lo hizo ampliamente. Y, por otra parte, durante mi etapa de estudiante estuve muy involucrada en actividades de voluntariado social y en la organización de actividades socioculturales desde Gaurgiro-Círculo de Actualidad. Sin duda esta parte de mi vida universitaria también contribuyó de forma significativa a mi formación, favoreciendo mi mirada crítica hacia la realidad social e impulsando mi compromiso con su transformación hacia una sociedad más inclusiva, solidaria y con mayor justicia social. Durante mi etapa de estudiante también tuve la oportunidad de forjar nuevas amistades, que todavía conservo hoy, y que se han convertido en un importante referente para mí tanto desde el punto de vista profesional como personal. Fueron unos años intensos y gratificantes que, sin duda, jugaron un papel fundamental en la decisión de desarrollar mi vida profesional en esta misma universidad.