Es una época en la vida de la que me acordaré siempre. Al final son unos años en los que vives muchísimas cosas, conoces gente a la que luego vas a tener mucho cariño y compartes momentos de todo tipo, ya sean bonitos y felices o tensos y amargos.
La tuya es la segunda promoción de Filosofía, Política y Economía por la Universidad de Deusto. ¿Qué te impulsó a elegir esta carrera? ¿Ha satisfecho tus expectativas?
La primera vez que me topé con esta carrera fue un encuentro, cuanto menos, inesperado. Personalmente no conocía el grado hasta que me llamó la atención en una de las jornadas de puertas abiertas de la universidad, que tras informarme y charlar sobre ello supe que eso era lo que realmente me gustaba.
De hecho, fue reconfortante haber encontrado una carrera que me gustase y que, además, encajaba de alguna manera con todo lo que me intrigaba: comprender cómo y porqué se ha dado la realidad del mundo en el que vivimos. La fórmula de estas dos cosas fue lo que más me impulsó a la hora de escogerla, junto con la posibilidad de poder forjar un pensamiento riguroso.
Es cierto que al ser la segunda promoción de Filosofía, Política y Economía formamos parte de lo que es el desarrollo inicial del grado e inevitablemente te acompaña algo de incertidumbre y las expectativas pueden ir variando. Igualmente, y echando la vista atrás, estoy muy contenta con lo escogido y con todo lo que me ha aportado para mi vida tanto personal como profesional.
A lo largo de tu formación preuniversitaria, además de formar parte del coro de Olabide Ikastola durante once años, jugaste al baloncesto y practicaste otras modalidades deportivas e, incluso, la danza. ¿Cómo valoras estas experiencias y su influencia en la configuración de quién eres hoy personal y profesionalmente?
La verdad que desde pequeña he tenido la suerte de poder probar diferentes actividades, tanto deportivas como culturales, que me han influenciado en cómo soy a día de hoy. Creo que el hecho de tener esta posibilidad me ha ayudado a atreverme a probar cosas nuevas y socializar en muchos entornos diversos.
Guardo muy buenos recuerdos de lo que he practicado, sobre todo, de los años que pasé en el coro. El hecho de participar en un coro es algo muy especial porque va más allá de aprender música y canto, acoge una dimensión social y el resultado siempre es común y compartido entre todos los integrantes. Además, es un espacio en el cual te lleva a socializar y crear comunidad aprendiendo a su vez, a expresarte con el cuerpo que, en este caso, es tu instrumento.
Todo ello me ha traído cosas muy bonitas en la vida, pero, sobre todo me ha ayudado mucho en tener más seguridad en mí misma.
Has tenido experiencias internacionales para el aprendizaje del inglés. ¿Podrías contarnos cómo has vivido estas experiencias y qué aprendizajes has sacado de ellas?
Tuve dos experiencias bastante diferentes entre sí. Mientras que la primera fue mucho más relajada y divertida, la segunda fue más agridulce.
No tuve mucha suerte con la familia que me tocó. Me acuerdo que pasaban muy poco rato conmigo o en casa, por lo que, tenía dos opciones; tomar yo la iniciativa y unirme a otros planes o no hacer nada. Y, como no quería quedarme sola, opté por lo primero. Realmente aprendí a que tenía que “buscarme la vida” de alguna manera para pasármelo bien o hacer planes y aunque al principio fue un poco duro, luego viví muchas cosas nuevas y diferentes.
Al final con lo que más me quedo es que supe afrontar una situación que me resultaba muy desagradable y es algo que actualmente mantengo. Cuando me encuentro con momentos en mi vida que me hacen sentir molesta o incómoda, sé que tengo cierta capacidad para afrontarlos o, al menos, para saber qué es lo que no quiero.
Mientras cursas el Máster realizas unas prácticas en el Departamento de Dirección del Círculo de Bellas Artes de Madrid, centro multidisciplinar fundado en 1880 en el que se desarrollan actividades que incluyen las bellas artes, la literatura, la ciencia, la música, la filosofía, el cine o las artes escénicas. ¿Podrías contarnos cómo fue tu experiencia en este prestigioso centro?
Fue una experiencia muy bonita personalmente y decisiva profesionalmente. Realicé las prácticas a través del Máster que estaba cursando en Madrid, acercándome de primera mano al funcionamiento interno de una institución cultural; redactando debates filosóficos y culturales para el blog y formando parte de la organización de algunos de los proyectos culturales que se llevan a cabo en el CBA.
Gracias a ello, me di cuenta que todo lo aprendido a lo largo de la carrera y el máster podía encajarlo en el ámbito de la cultura. De hecho, el espacio cultural sigue siendo mi gran interés por todo lo que expresa, engloba y acoge, y las prácticas me han dejado con ganas de saber más sobre ello. Además, es un sector que tiene la capacidad para conectarse con otros muchos sectores más y producir un impacto social relevante.
Estoy segura que seguiré formándome en este mundo, ya sea por puro interés o por un enfoque hacia mi futuro profesional.
Gracias por concedernos esta entrevista. Por último, y deseándote lo mejor para tu futuro profesional y personal, ¿qué recuerdos guardas de tu paso por las aulas de la Universidad de Deusto?
Es una época en la vida de la que me acordaré siempre. Al final son unos años en los que vives muchísimas cosas, conoces gente a la que luego vas a tener mucho cariño y compartes momentos de todo tipo, ya sean bonitos y felices o tensos y amargos.
La verdad que me sigue gustando acordarme de esta etapa universitaria y tengo la sensación de que terminé hace nada a pesar de que ya han pasado unos años, pero es reconfortante volverme a acordar y tenerle ese cariño especial.