Es cierto que el turístico es uno de los sectores más afectados por la pandemia. Es terrible comprobar de primera mano la cantidad de profesionales y pequeñas empresas que, justo cuando el pasado marzo iban a arrancar su temporada fuerte, se quedaron sin opción para trabajar y siguen sin ella, ya que el turista extranjero es el principal usuario de muchos servicios y alojamientos turísticos y es una incertidumbre saber cuándo podrá volver a viajar.
Mucho antes de llegar a la Diputación Foral de Gipuzkoa te lanzas al emprendimiento con dos interesantes proyectos: 943 Magazine y Robin Comunicación. ¿Podrías contarnos un poco de los comienzos y posterior desarrollo de cada uno de ellos?
El emprendimiento en mi caso siempre ha sido un medio para trabajar en lo que me gusta. Cuando estábamos en el último curso de carrera, un grupo de clase, aficionados a las revistas y amantes de nuestra ciudad, quisimos lanzar un medio de comunicación propio que contara lo que pasaba en las calles y que diera voz a una Gipuzkoa nueva que se movía, tenía ideas y estaba abierta al mundo. Emprender fue el único camino que nos quedaba para conseguir hacerlo. Cuando casi nadie hablaba de emprendimiento nosotros lo hicimos sin darnos cuenta de ello ni tener conocimiento sobre cómo había que hacerlo.
Este primer proyecto, 943 magazine, duró seis años que fueron un auténtico aprendizaje sobre el funcionamiento del mundo de la empresa, las relaciones con personas y clientes y sobre la dificultad que supone hacerse un hueco en el mercado laboral cuando únicamente dependes de ti y de tu esfuerzo en el día a día. Eso sí, siempre nos quedará la satisfacción de haber formado una pequeña parte de la historia de nuestro territorio y haber creado un medio de comunicación referente y diferente en Gipuzkoa sin comparación hasta el día de hoy.
El segundo proyecto, Robin Comunicación, vuelve a surgir de la necesidad de querer desarrollar una carrera profesional que me llenase, en este caso, más cercana a la publicidad y la comunicación creativa. En aproximadamente seis años, conseguimos darnos a conocer en Gipuzkoa y a nivel estatal con campañas de comunicación diferentes y un estilo propio, algo que, en mi opinión, es de lo más positivo que se puede conseguir en el sector de la publicidad.
Las dos han sido aventuras apasionantes y muy enriquecedoras a nivel profesional y, sobre todo, en el ámbito personal. Hay cosas que solo se aprenden haciendo.
También has dedicado mucho esfuerzo y tiempo a la docencia y la divulgación en distintos ámbitos y niveles educativos. ¿Cuáles consideras que son las principales similitudes y diferencias entre ellos? ¿Cuál te ha resultado más receptivo a la hora de afrontar nuevos retos en torno a la comunicación?
Mientras dirigía 943 Magazine surgió la oportunidad de cumplir otro de mis objetivos personales y profesionales, ser docente. Arranqué como profesor de Marketing en un Ciclo de Formación Profesional y a partir de ese momento comencé a impartir talleres y asignaturas de Comunicación y Marketing para empresas y profesionales, además de seguir en la formación reglada.
La docencia es un trabajo tremendamente enriquecedor y siempre lo he disfrutado mucho. Las diferentes edades de los asistentes y objetivos hacen que cada curso o clase sea un proyecto nuevo y diferente. Aun así, en todas las sesiones hay una similitud que se repite y estoy convencido de que debe ser así: la mejor forma de aprender es a través de la práctica. Sin dejar de lado los conocimientos teóricos, hay que “levantarse de la silla” y ponerse en marcha para interiorizar de verdad lo estudiado.
Además, la enseñanza, sin importar la edad o profesión de quienes he tenido delante, me ha permitido algo que considero fundamental para hacer un buen trabajo en comunicación: conocer a muchas personas. He descubierto las necesidades del sector empresarial por un lado y he seguido conectado a las nuevas tendencias del público joven por otro, y todo ello ha sido una guía inmejorable para acertar con los mensajes de comunicación y el posicionamiento de las campañas de publicidad. Y aquí recurro a la teoría, si no conoces bien cómo se comporta el mercado, difícilmente podrás influir en su comportamiento.
En 2020 comienzas tu andadura en el Departamento de Turismo de la Diputación Foral de Gipuzkoa dando asistencia como Responsable de Comunicación. ¿Qué ha supuesto este paso para ti?
Esta aventura me encanta y me hace crecer en todos los ámbitos. Por muchos motivos, pero sobre todo por lo motivador que resulta trabajar en el futuro turístico de Gipuzkoa, por el gran equipo que trabaja aquí y del que aprendo continuamente y, finalmente, por lo inesperado. Cuando quería un cambio profesional, surgió una oportunidad única que no contemplaba, y eso me encanta.
Estar cerca de Imanol Lasa, anterior Diputado de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural, su Director general de Turismo, Iker Goiria, y el equipo técnico liderado por Xabier Eleizegi fue una suerte desde el principio. Y, ahora, con Jabier Larrañaga al frente, seguimos planteando nuevas estrategias y nuevas ideas para apoyar al sector turístico, aguantar lo que quede de pandemia y conseguir salir de esta reforzados como un destino referente de gran atractivo. ¿A quién no le gustaría este reto?
2020 y lo que va de 2021 se han visto marcados por la pandemia, siendo el turismo uno de los sectores más afectados. Gipuzkoa en general, y Donostia en particular, se caracterizan desde hace mucho tiempo por una amplísima oferta que va desde las regatas, hasta los festivales internacionales de Jazz y Cine, pasando por excelentes exposiciones y manifestaciones artísticas, fotográficas, folclóricas. Mar, biotopos, parques naturales, valles, montes. Pueblos costeros y del interior… Sin dejar de lado la gastronomía y las fiestas populares. En las actuales circunstancias ha habido que reinventarse a toda prisa para intentar paliar, en parte al menos, los estragos que esta situación está generando. ¿Podrías contarnos de qué forma tanto la población como las autoridades intentan sobrellevar este tsunami? ¿Qué iniciativas destacarías en este sentido?
Es cierto que el turístico es uno de los sectores más afectados por la pandemia. Es terrible comprobar de primera mano la cantidad de profesionales y pequeñas empresas que, justo cuando el pasado marzo iban a arrancar su temporada fuerte, se quedaron sin opción para trabajar y siguen sin ella, ya que el turista extranjero es el principal usuario de muchos servicios y alojamientos turísticos y es una incertidumbre saber cuándo podrá volver a viajar.
Desde el Departamento de Turismo de la Diputación Foral de Gipuzkoa se lanzó un plan de choque destinado a proteger, preparar y promocionar el sector el pasado año y este año se seguirán haciendo los máximos esfuerzos. La actitud siempre ha sido la de estar al lado del sector e intentar ayudar al máximo dentro de las posibilidades económicas de las que se disponen.
Dentro de las iniciativas relacionadas con la comunicación, el año pasado lanzamos el “Gipuzkoa Passport”, un pasaporte con planes que era una invitación a que fuéramos turistas en nuestro territorio. A veces buscamos en destinos lejanos recursos que los tenemos aquí al lado, y estas limitaciones de movilidad eran un momento propicio para descubrir y redescubrir Gipuzkoa. La aceptación del público fue insuperable, por lo que cumplimos los objetivos.
Como otro gran hito, en noviembre llevamos a cabo el congreso virtual “Diálogos de futuro y turismo en Gipuzkoa”. Fue un evento ideado desde la Dirección de Turismo dirigido al sector con la intención de iluminar este momento tan oscuro y reflexionar sobre lo que está por venir. La acogida fue muy positiva desde el comienzo y muestra de ello fue que contamos con grandes profesionales locales, estatales e internacionales dando claves para afrontar el futuro cercano con la mayor efectividad posible.
¿Qué recomendación darías a las y los Alumni de Humanidades: Comunicación de la Universidad de Deusto a la hora de afrontar su inserción en el mundo del marketing a través de la comunicación creativa?
Dar una recomendación siempre es una gran responsabilidad y todavía no peino tantas canas… así que intentaré resumir qué es lo que en estos años me ha funcionado a mí y a otras personas que conozco.
Algo primordial es hacer un esfuerzo en entender bien al cliente para conocer sus necesidades reales. No pasa nada por preguntar una y mil veces si es con la finalidad de ofrecer una mejor solución. Porque, por ejemplo, la palabra “creatividad” tiene muchos significados diferentes, y hay que saber cuál es el que tu cliente tiene en mente, como también hay que conocer bien cuáles son sus objetivos a corto, medio y largo plazo.
Además de esto, trabajar las ideas es algo fundamental. Leer, ver, escuchar, investigar… son tareas básicas para poder crear algo nuevo. O, por lo menos, para copiar con estilo…;). Y para esto te tiene que apasionar lo que haces. Si no, a por otra cosa que te guste más.
Finalmente, algo que para mí es esencial es presentar bien las ideas. O, lo que es lo mismo, saber vender bien. Y para ello hay que estructurar bien las presentaciones, definir con claridad los mensajes y cuidar el diseño. En realidad, nada de esto es una fórmula secreta ni parece algo realmente complicado. Aun así, funciona.
Terminamos agradeciéndote por tu tiempo. Para finalizar, ¿podrías contarnos qué recuerdos guardas de los años pasados por las aulas de la Universidad de Deusto?
Cuando alguien me pregunta sobre la Universidad o sobre la carrera, siempre contesto lo mismo: si pudiera, volvería a la Universidad y volvería a hacer la carrera.
Además de compañeros y compañeras de clase que siguen siendo amistades y colegas de trabajo, disfruté con las asignaturas y, a riesgo de parecer un poco pelota (aunque ya no tenga que pelear la nota), aprendí mucho del equipo de profesores y profesoras, gente interesante y apasionada por la comunicación que me contagiaron su entusiasmo y siempre nos dejaron desarrollar la creatividad sin limitaciones.
Fotos portada e interior: Cecilia Álvarez-Hevia. Hotel Arbaso.