Juan Carlos Duque Ametxazurra
De niño, en mi San José natal, para mí los cisnes eran negros con el pico rojo. En el Parque Japonés, frente a mi escuela, no lejos de mi casa, todos los que había eran así. ¡Qué sorpresa me llevé al llegar a Europa y ver que aquí los cisnes eran blancos!
Nassim Nicholas Taleb, economista libanés nacionalizado estadounidense, en 2007 formuló la teoría del cisne negro basándose en el hecho de que, hasta la llegada de los primeros colonos ingleses a Australia en el siglo XVII, en Europa se pensaba que todos los cisnes eran blancos. Este hecho, considerado como altamente improbable, sucedió y cambió la percepción que los ornitólogos tenían sobre esas aves hasta aquel momento.
Taleb, utilizando aquel descubrimiento de la Ilustración, al comienzo de su obra afirma (aunque discrepo con él en cuanto a la apreciación, diferida, de la belleza de este hermoso y esbelto animal):
Este hecho ilustra una grave limitación de nuestro aprendizaje a partir de la observación o la experiencia, y la fragilidad de nuestro conocimiento. Una sola observación puede invalidar una afirmación generalizada derivada de milenios de visiones confirmatorias de millones de cisnes blancos. Todo lo que se necesita es una sola (y, por lo que me dicen, fea) ave negra.
(…) Lo que aquí llamamos un Cisne Negro (así, en mayúsculas) es un suceso con los tres atributos que siguen.
Primero, es una rareza, pues habita fuera del reino de las expectativas normales, porque nada del pasado puede apuntar de forma convincente a su posibilidad. Segundo, produce un impacto tremendo. Tercero, pese a su condición de rareza, la naturaleza humana hace que inventemos explicaciones de su existencia después del hecho, con lo que se hace explicable y predecible. (Taleb, 2010).
La Primera Guerra Mundial, el Crack de la bolsa de Nueva York en 1929, el lunes negro del 19 de octubre de 1987, los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, la caída de Lehman Brothers, la posterior crisis financiera global de 2008, la aparición de Internet, Google, Facebook, el Brexit, la victoria de Trump, son, entre otros, ejemplos de eventos Cisne Negro.
Inesperados, con un impacto tremendo y explicados a posteriori…
Desde el 31/12/2019 nos enfrentamos globalmente a uno nuevo: el COVID-19.
En menos de tres meses estamos siendo testigos en primera persona de situaciones sin precedentes en la reciente historia de la humanidad: la alarma global planetaria y la paralización de la economía mundial. En un principio, con la reactivación de la xenofobia hacia la población de origen chino o personas con rasgos orientales, y después con el cierre de fronteras, confinamiento de millones de personas en cuarentena, desplome de las bolsas, paralización de la producción y caída del consumo mundiales, y estancamiento de la distribución de los mercados globales de materias primas (lo que conlleva la paralización de la producción en muchos países), cancelación de destinos turísticos, desplazamientos aéreos y marítimos, de actividades deportivas, etc. (Duque Ametxazurra, 2020).
Sin embargo, simultáneamente, la guerra, la discriminación, las personas refugiadas, enfermas de otras epidemias ahora olvidadas, presas de la inanición, perdiendo sus puestos de trabajo, migrantes, sin techo… siguen ahí, sufriendo, además, el COVID-19, mientras nosotras y nosotros nos confinamos cómodamente en nuestras casas, con las despensas repletas, agua potable y caliente, televisión, internet… Esas personas no tienen dónde ir… Ni dónde estar seguras… ¡Y nosotras y nosotros nos quejamos por no poder salir de casa!
Las reflexiones de Francesca Morelli, Psicóloga, Psicoterapeuta y Terapeuta EMDR, y de Alfredo Vela Zancada, Social Media Manager, se han convertido en virales en las últimas semanas.
Dice Morelli:
Creo que el universo tiene su manera de devolver el equilibro a las cosas según sus propias leyes, cuando estas se ven alteradas (…)
En una era en la que el cambio climático está llegando a niveles preocupantes por los desastres naturales que se están sucediendo, a China en primer lugar y a otros tantos países a continuación, se les obliga al bloqueo; la economía se colapsa, pero la contaminación baja de manera considerable (…).
En un momento histórico en el que ciertas políticas e ideologías discriminatorias, con fuertes reclamos a un pasado vergonzoso, están resurgiendo en todo el mundo, aparece un virus que nos hace experimentar que, en un abrir y cerrar de ojos, podemos convertirnos en los discriminados, aquellos a los que no se les permite cruzar la frontera, aquellos que transmiten enfermedades (…)
En una sociedad que se basa en la productividad y el consumo, en la que todos corremos 14 horas al día persiguiendo no se sabe muy bien qué, sin descanso, sin pausa, de repente se nos impone un parón forzado. Quietecitos, en casa, día tras día (…)
En una época en la que la crianza de los hijos, por razones mayores, se delega a menudo a otras figuras e instituciones, el Coronavirus obliga a cerrar escuelas y nos fuerza a buscar soluciones alternativas, a volver a poner a papá y mamá junto a los propios hijos. Nos obliga a volver a ser familia.
En una dimensión en la que las relaciones interpersonales, la comunicación, la socialización, se realiza en el (no)espacio virtual, de las redes sociales, dándonos la falsa ilusión de cercanía, este virus nos quita la verdadera cercanía, la real: que nadie se toque, se bese, se abrace, todo se debe de hacer a distancia, en la frialdad de la ausencia de contacto (…)
En una fase social en la que pensar en uno mismo se ha vuelto la norma, este virus nos manda un mensaje claro: la única manera de salir de esta es hacer piña, hacer resurgir en nosotros el sentimiento de ayuda al prójimo, de pertenencia a un colectivo, de ser parte de algo mayor sobre lo que ser responsables y que ello a su vez se responsabilice para con nosotros. La corresponsabilidad: sentir que de tus acciones depende la suerte de los que te rodean, y que tú dependes de ellos.
Dejemos de buscar culpables o de preguntarnos por qué ha pasado esto, y empecemos a pensar en qué podemos aprender de (ello) (…)
Por su parte, Vela nos plantea 12 cosas que tendremos que repensar cuando esta crisis pase: nuestros conceptos de sociedad, ciencia, noticias falsas, profesionales, medios de comunicación, economía, valores, tecnología, educación, burocracia, responsabilidad social PERSONAL…
Estamos todavía en la segunda fase de este evento Cisne Negro: su tremendo impacto. Nos queda pendiente la explicación a posteriori…
Esperemos haber aprendido, como humanidad, algo esta vez…
Juan Carlos Duque Ametxazurra
Responsable de la revista digital Alumni Time y coautor en el Blog de Inteligencia Emocional de EiTB.
Bibliografía de referencia
Duque Ametxazurra, Juan Carlos (2020, 28 de febrero). Algo no me cuadra… Recuperado de: https://blogs.eitb.eus/inteligenciaemocional/2020/02/28/algo-no-me-cuadra
Merca2.es (2020, 31 de marzo). Por qué el coronavirus no es un Cisne Negro según Nicholas Taleb. Recuperado de: https://home/alumnitimedeusto/public_html.merca2.es/por-que-el-coronavirus-no-es-un-cisne-negro-segun-nicholas-taleb/
Morelli, Francesca (2020, 7 de marzo). Recuperado de: https://home/alumnitimedeusto/public_html.facebook.com/IlBlogDellaPsicologa/posts/2490728477923163?__tn__=K-R (Italiano).
Taleb, Nassim Nicholas (2010). El Cisne Negro. El impacto de lo altamente improbable. Ediciones Paidós Ibérica S.A. Pp. 5 y 6.
Vela Zancada, Alfredo (2020, 17 de marzo). 12 cosas que tendremos que repensar para cuando pasemos la emergencia sanitaria del #Coronavirus #infografia Recuperado de: https://ticsyformacion.com/2020/03/17/12-cosas-que-tendremos-que-repensar-para-cuando-pasemos-la-emergencia-sanitaria-del-coronavirus-infografia/