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Es importante no perder de vista que la tecnología es una parte muy relevante de una Smart City, pero es solo una parte. La tecnología es el habilitador, pero el liderazgo, la visión de cómo hacer ciudad y la constancia para hacerlo, son elementos que la tecnología no aporta. Primero viene el decidir qué hacer, después la tecnología lo habilita.

¿Puedes explicarnos brevemente qué papel juega BilbaoTIK en la vida de Bilbao y en qué consiste tu trabajo?

BilbaoTIK es la sociedad municipal que gestiona todo el ciclo de vida de las tecnologías de la información, tanto en el propio Ayuntamiento como en las diferentes sociedades públicas que lo conforman. Nuestro trabajo abarca el diseño, construcción, puesta en servicio y gestión de las diferentes aplicaciones y plataformas de TI que habilitan los procesos internos de la corporación.

Mi rol en la organización es el de la dirección de las diferentes áreas técnicas: desarrollo de aplicaciones, diseño y gestión de sistemas de información e infraestructuras y la analítica de datos, sin olvidar tener una luz larga que nos permita innovar y proponer mejoras tecnológicas a nuestros compañeros de las diferentes áreas. Intento verme a mí mismo como un habilitador, tanto de mi equipo, ayudando a que puedan hacer su trabajo con el terreno más allanado posible, como de mis clientes, innovando y proponiendo mejoras a la vez que garantizamos el día a día de su trabajo.

Los contactos más habituales de los ciudadanos con la informática municipal tienen que ver con el padrón, la actividad tributaria o el aparcamiento. ¿Puedes ponernos un par de ejemplos de cómo la informática municipal está vinculada a la vida cotidiana de los ciudadanos sin que lo perciban?

Las ciudades están en plena transformación digital y eso se nota muchísimo en la vida interna de los ayuntamientos. Por poner un ejemplo muy visual, hace diez años, la red interna municipal tenía unos cuatro mil puntos de red. Hoy en día, sigue teniendo los mismos cuatro mil puntos de red, pero esa misma red soporta en torno a 140 mil puntos de red en la ciudad.

Al margen de las aplicaciones previsibles en un entorno municipal como el padrón de habitantes o la gestión tributaria, nuestro trabajo está presente, por ejemplo, en la gestión de los semáforos, en la gestión de la OTA, en la venta de entradas de los polideportivos, en la web con la programación cultural de Azkuna Zentroa o Teatro Arriaga, en la red WiFi urbana, en los paneles informativos o los sensores de calidad del aire o ruido, en los sistemas de TI de la policía municipal y en todo ese incipiente mundo de lo que se denomina Smart City. Como decía, los procesos internos existen y van a seguir existiendo en su versión digital, pero la explosión de nuevos servicios que las ciudades van a tener que desplegar a pie de calle es apabullante.

Bilbao también se encuentra en el camino hacia una Smart City. ¿Puedes explicarnos dónde estamos y donde pretende llegar el ayuntamiento?

Como todos, estamos en una etapa muy temprana. Las ciudades tienen ante sí el reto de tener que lidiar con las proyecciones de la ONU que nos dicen que, en 2050, que está a apenas una generación, más del 80% de la población mundial vivirá en ciudades; hoy estamos en el 55%. Es cierto que las proyecciones no siempre son correctas y ahí está el modelo que apenas hace veinte años nos hablaba de la aldea digital que habilitaría la tecnología y por la que todos podríamos ir a vivir al campo con estampas bucólicas. Pero la realidad ha sido justo la contraria, en un momento en la que la tecnología reduce distancias, resulta que a los humanos nos gusta vivir aún más apelotonados. El gran reto de las Smart Cities es precisamente ese: mejorar la calidad de vida en las ciudades pese a que los humanos hagamos todo lo posible por complicarlo.

Es importante no perder de vista que la tecnología es una parte muy relevante de una Smart City, pero es solo una parte. La tecnología es el habilitador, pero el liderazgo, la visión de cómo hacer ciudad y la constancia para hacerlo, son elementos que la tecnología no aporta. Primero viene el decidir qué hacer, después la tecnología lo habilita.

Nosotros estamos en un momento en el que empezamos a desplegar servicios digitales en la calle, a medir datos en tiempo real de múltiples factores e incluso diría que a la toma de decisiones en base a esa información en tiempo real. Como en cualquier circulo virtuoso, la información realimenta el sistema para generar más información. Es un ciclo que ya se ha puesto en marcha pero la carrera es muy larga y no hemos hecho más que ponernos la ropa de deporte.

¿Podrías ponernos un ejemplo de algo en lo que estéis trabajando y próximamente podamos disfrutar los bilbaínos y bilbaínas?

Hay muchos ejemplos, pero uno del que me siento muy satisfecho es el de la ‘liberación’ de datos, no porque estos datos sean rehenes de nada, sino porque en muchos casos hay información interna de mucho valor que no se hace accesible simplemente por no disponer de un cauce adecuado para ello. Trabajamos en una nueva versión de nuestro portal de datos geoespaciales –geobilbao- que ha sido rediseñado desde cero con una visión citizen-centric. En pocas semanas verá la luz y nos permitirá publicar mucha de la ingente cantidad de datos que alberga la administración con el objetivo de que pueda ser consumida y reutilizada por la ciudadanía y las empresas. Muchos de los nuevos servicios digitales que se van a ir desplegando por la ciudad tendrán su reflejo de datos en este portal, de forma que toda la analítica que vayamos construyendo esté disponible igualmente para habilitar a su vez nuevos servicios digitales. Y lo hemos construido en un estilo muy google-aware: simple y sencillo, huyendo de la clásica terminología y tecnicismos de la administración de forma que la información sea consumible por todos y todas de manera muy fácilmente digerible. Aglutinará mucha de la información actualmente dispersa por diferentes portales, desde la información del tráfico y el transporte, turismo, urbanismo, medio ambiente, obras, …

Y esta transformación que percibimos en la calle… ¿qué está suponiendo para las personas que trabajáis en el ámbito municipal? ¿cómo se innova en la administración pública?

Gartner nos habla del concepto de Continuous Next. Es algo a lo que la mayor parte de las personas que nos dedicamos a la tecnología ya estamos acostumbrados, pero sin duda es una corriente que va a impregnarlo todo. En el fondo, creo que puede resumirse en que cualquier profesional deberá estar, más que nunca, en constante formación y evolución porque los conocimientos adquiridos hasta la fecha podrán explicar el pasado y servirle de apoyo, pero apenas tendrán relevancia mirando al futuro. La tecnología no evoluciona a velocidad constante, sino que están en progresiva aceleración. Los ciclos se acortan y las tecnologías que hoy son lo último, en apenas cinco años estarán en desuso.

Esto implica renovarse y reinventarse de forma permanente. La Administración seguramente ha entrado algo más tarde en esta corriente, pero puedo asegurar que ya empieza a notarse. La sociedad tiene cada vez un mayor nivel de exigencia sobre los servicios digitales de la Administración y eso es bueno, porque obliga a mantener la tensión y la calidad en todo lo que se hace.

Estudiaste en la Universidad de Deusto en momentos en que la informática estaba muy lejos de las posibilidades tecnológicas actuales. ¿Por qué decidiste estudiar informática y cómo recuerdas aquellos momentos de tus estudios?

En mi caso la decisión fue muy sencilla porque fue totalmente vocacional. Tuve mi primer contacto con un ordenador sobre los 12 años y desde el primer instante quedé fascinado. Como sería la cosa que a esa edad hasta le encontré su punto a programar en cobol, jeje…

En ese sentido he sido una persona muy afortunada porque, pasados los años, he conseguido convertir mi vocación en mi profesión. Y cuando trabajas en algo te gusta, la diferencia la marca la pasión que pones en todo lo que haces. No voy a decir que seguiría trabajando si me tocase el gordo de la primitiva, pero sin duda, es una gran suerte poder trabajar en algo que te gusta.

¿Qué consejo darías a los estudiantes que se encuentran en la Universidad próximos a terminar sus estudios?

Sin ánimo de ser sensacionalista, creo que es muy importante que intenten orientar su carrera profesional a algo que les resulte atractivo. Es importante que tengan en mente que ese lugar a donde orienten su carrera, será el lugar en el que trabajen durante años.

Más allá de esa obviedad, no resulta nada fácil recomendar una trayectoria profesional. Estamos en un momento en el que el mercado laboral está en plena transformación, tanto en el marco de relaciones laborales como en la tipología de trabajos que existen y existirán en unos años. La transformación digital de las empresas y la AI transformarán el mundo laboral a tal punto que ya hay estudios como el del Foro de Davos que cifra en más de un 50% el número de personas que en apenas veinte años trabajarán en profesiones que a día de hoy ni existen.

Por lo que, viendo la baja entropía del mercado laboral y por tanto la baja probabilidad de acertar, seguramente volvería al primer punto: intentando mantener un mínimo de la pirámide de Maslow, procura orientar tu carrera a algo que te satisfaga personalmente.