Blockchain es considerada por algunos como la tecnología más disruptiva del siglo: en los negocios, en el desarrollo político, social y en general, en la forma de relacionarnos digitalmente.
Tema prioritario en Davos; una encuesta del Foro Económico Mundial sugirió que el 10% del PIB mundial se almacenará en blockchain en 2027; y es un dato que se están haciendo grandes inversiones en esta tecnología: los fondos de capital riesgo llegaron a invertir 1.000 millones de USD y el modelo de inversión específico de las Ofertas Iniciales de Monedas (ICO) se ha disparado a 5.000 millones.
Es la tecnología que está por debajo del bitcoin, la moneda virtual más conocida, entre otras cosas, por su espectacular fluctuación. Su valor de mercado llegó a aumentar a más de 200 mil millones en 2017.
Pero, ¿cuándo nace y por qué? Hace ahora 10 años, justo en plena crisis financiera, alguien que se hizo llamar Satoshi Nakamoto, publica el Protocolo Bitcoin y la tecnología en la que se basa es la blockchain.
Este protocolo nace para operar digitalmente con una moneda P2P. Sin bancos. Sin ningún tipo de intermediarios.
La cadena de bloques o blockchain, es una gran base de datos distribuida, replicada en millones de ordenadores (nodos) en el mundo, que registra la información en un bloque que se une al anterior en una secuencia inmutable.
La base de datos es criptográficamente segura, lo que significa que para registrar el dato necesitas dos claves criptográficas: una pública que es básicamente la dirección donde la información está guardada, y una clave privada que es tu clave personal que nadie conoce.
La información de cada bloque se registra con un hash – estructura criptográfica-. Esto permite que la información no se pueda manipular. Ni la información en sí misma, ni su secuencia.
Es un sistema P2P, en el que todos los ordenadores conectados son iguales, lo que da lugar a un sistema descentralizado que funciona por consenso entre las partes, sin nadie que lo organice o dirija.
Pero, ¿cómo tener confianza en millones de desconocidos?
En Bitcoin, la red pública más importante que conocemos, aplicando la teoría de juegos, la mayoría de los nodos van a registrar la información correcta por interés propio.
El primero que registra la transacción válida, gana un concurso matemático que le da derecho a recibir bitcoins que mina (los saca virtualmente del yacimiento del total de los bitcoins creados en el protocolo).
Con todo esto se busca el consenso descentralizado y la prevención del doble gasto propio del Internet que conocemos.
La gran revolución que hemos vivido nosotros, en los últimos 40 años, es el Internet de la información. Es indudable que Internet ha cambiado radicalmente la forma de comunicarnos, de trabajar, de organizarnos y hacer negocios.
Pero hasta ahora, lo que podíamos transmitir a través de Internet es una copia de la información que queremos compartir. Cuando enviamos algo a través de las redes, lo que mandamos es una copia de nuestros documentos, fotos o música. Los originales siguen en nuestro poder.
Hoy con blockchain hemos pasado a la era del Internet del valor. Gracias a los Smart Contracts (programas informáticos que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen las condiciones escritas en código), podemos intercambiar títulos y valor directamente. Sin mediadores ni intermediarios.
Este nuevo Internet no pertenece a nadie y se pueden llegar a desarrollar proyectos asombrosos que ni siquiera somos capaces de imaginar.
Gartner pronostica que las empresas podrían incrementar sus beneficios en 176.000 millones para 2025 utilizando esta innovación y prevé un crecimiento de más de 3,1 billones en 2030.
Las transferencias se pueden hacer de manera más rápida, barata y segura. Pagos instantáneos sin comisiones ni recargos adicionales; simplificación de la documentación de comercio internacional; desarrollo de una identidad digital para mejorar el conocimiento del cliente (procesos de KYC), etc.
Más allá de las finanzas… trazabilidad de bienes como diamantes; intercambio de energía; cadenas de suministro; registro de títulos; registros médicos; juegos; música; deportes; inclusión financiera; identificación de refugiados sin papeles; voto electrónico; identidad soberana. Y esto es solo el comienzo.
Pero no nos vamos a engañar, esta apuesta por el desarrollo y la eficiencia, se enfrenta a grandes desafíos, no solo tecnológicos, de aportación de valor para el negocio o de gobernanza, sino también legislativos y regulatorios, que van a requerir un enorme esfuerzo conjunto de colaboración y sabiduría para garantizar el equilibrio entre los intereses de los consumidores, el riesgo sistémico, y el apoyo a la innovación.
Deusto Business School Madrid, en su afán de liderar la divulgación del conocimiento en los temas más innovadores que impactan la industria y los servicios, ha creado un programa de formación executive en Blockchain.
Está dirigido a ejecutivos de empresas, consejeros y asesores financieros y legales que quieran tener un conocimiento de todos los aspectos que aplican a esta disruptiva tecnología.
El objetivo del seminario Blockchain: la disrupción de valor y la confianza, es familiarizar a los participantes con las posibilidades que este nuevo paradigma abre para los negocios e incluso la forma de gestionar las empresas.
Junto con los mayores expertos en cada materia, los alumnos podrán conocer los aspectos tecnológicos, de programación, financieros, jurídicos y de gobernanza que inciden en este nuevo Internet.
Ante la excelente acogida que tuvo la 1ª edición en 2018, Deusto Business School abre la convocatoria de la 2ª edición de este programa de 6 tardes 16:00 a 20:30 h, que empieza el 20 de marzo, en Madrid (c/ Castelló 76).
Mirari Barrena
Codirectora del Seminario Blockchain, Universidad de Deusto