En un momento marcado por el fin de una fuerte crisis económica y por la incertidumbre creada a raíz del Brexit, el Doctor en Economía y Derecho, profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad en la Universitat de Barcelona y académico numerario de la Real Academia de Doctores de España, José Mª Gay de Liébana, acudió el 14 de febrero a la Universidad de Deusto para analizar el momento económico global actual en una jornada organizada por Deusto Alumni y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), con la colaboración de Euskaltel y Deia.
El crecimiento de las economías
Los datos, ofrecidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), respaldan las buenas previsiones para el ejercicio 2018, y así lo ratifican los datos de crecimiento de la economía mundial de 2016 y 2017, que muestran a nivel internacional “un viento económico muy favorable”, tanto en las economías avanzadas, como en las que están en desarrollo y en las aún emergentes.
Respecto a 2019, lo que debería preocuparnos es el crecimiento de las economías avanzadas, grupo al que pertenece España, con un avance tímido en 2016 y 2017. Habrá que esperar y ver cómo avanza la economía a partir de 2019, no perdiendo de vista especialmente cómo evoluciona por sí misma tras la retirada de los estímulos monetarios y “sin respiración asistida”. Esto contrasta fuertemente con la economía de los países en desarrollo y emergentes, que en palabras del ponente “van pisando fuerte”.
José Mª Gay de Liébana incidió en la situación de Estados Unidos, primera potencia económica mundial, en su presidente, Donald Trump, y en cómo “ha impulsado la economía americana en muy poco tiempo”, con una reforma fiscal que ha supuesto que muchas empresas estadounidenses hayan vuelto a Estados Unidos con la promesa de bajos impuestos y aranceles proteccionistas que, hasta el momento sólo encontraban cobijo en pseudo-paraísos fiscales.
Siguiendo con el dominio de Estados Unidos en cuanto a crecimiento económico, desveló un dato interesante. De las 100 empresas más grandes del mundo por capitalización bursátil, el 30% se dedican a la tecnología, “la reina de todas las actividades económicas” a día de hoy. Cabe destacar cómo la distribución geográfica de estas empresas confirma de nuevo el “dominio arrollador de Estados Unidos”, con 53 de esas 100 empresas en su territorio, mientras que Europa y Asia están igualadas con 18, pero señalando que Asia ha avanzado enormemente mientras que Europa se ha estancado en los últimos años.
Sin embargo en Europa, Irlanda supone un caso excepcional de crecimiento, ya que optó por ofrecer mejores ventajas fiscales a las empresas que quisieran establecerse en el país. El menor intervencionismo del estado daba más libertad al sector privado, lo cual supuso una mayor generación de empleo y entrada de dividendos en el país. Esta política tiene sus luces y sus sombras, y según quién mire, se puede interpretar bajo distintas ópticas. De lo que no hay duda es de sus números, entre todas las empresas destaca el alto número de compañías tecnológicas y farmacéuticas.
La importancia de la educación y el conocimiento
Dentro de este encuentro – coloquio, el Dr. Gay de Liébana hizo una reflexión sobre el conocimiento y la educación en países que pertenecen a economías avanzadas y en desarrollo, haciendo hincapié en el caso de Corea del Sur, un país en el que, después de la Guerra de Corea en los años 50, el 90% de su población era analfabeta, mientras que hoy en día el 80% es titulada universitaria, colocándose año tras año en los primeros puestos del informe Pisa, Programa Internacional para la Evaluación de estudiantes.
En cuanto a las economías emergentes o en desarrollo, como son China o la India, el ponente subrayó que se trata de países que crecen en I+D. Ello se debe a que aquellos habitantes que estudian en el extranjero lo hacen para posteriormente “repatriar ese conocimiento a sus países de origen”, mientras que en Europa, y concretamente en España, las personas que salen lo hacen para quedarse en los países de destino. Este hecho contribuye en gran medida al desarrollo del país y, por tanto, de su economía.
En este momento surge la pregunta: “¿Qué hace de Estados Unidos la primera potencia mundial?”. No hay una respuesta clara, pero las pistas indican el camino: “tienen 278 Premios Nobel”. ¿Y qué tiene que ver el número de Premios Nobel con la economía de un país? En palabras de José Mª Gay de Liébana: “cuando tienes esta cantidad de Premios Nobel dispones de conocimiento, investigación, talento y desarrollo. Si bien la investigación no da premios a corto plazo, sí los da a largo plazo y en torno a esa investigación van naciendo y saliendo una serie de industrias que son las que tienen las armas definitivas para triunfar”. Observando el número de Premios Nobel por país, se puede observar, por ejemplo, que Reino Unido fue potencia mundial y tiene un alto número de premiados, al igual que Francia.
¿Qué tienen en común los actuales líderes empresariales?
José Mª Gay de Liébana subrayó la idea de que el mundo ha cambiado, hoy en día “se invierte en dinero», y resaltó los rasgos que comparten los líderes de empresas como Apple, Alphabet (Google), Microsoft o Amazon, que son las cuatro mayores por capitalización bursátil según los resultados del ejercicio de 2017. Son compañías de la economía disruptiva que, como explicó, “están marcando el paso y han sabido aprovecharse perfectamente de situaciones ante las que otros no han reaccionado”.
En estas empresas se invierte en innovación, que es la clave de la productividad del siglo XXI, se realiza una apuesta tecnológica por incrementar su valor añadido, crecen en todos los sectores y son empresas expansivas e invasivas, ya que se pueden encontrar en otros ámbitos como el de la banca, el cine, la automoción o la salud. Rinden culto al accionista y buscan hábitats confortables, como Irlanda. Además, estos líderes saben invertir en su negocio, en palabras del propio Gay de Liébana: “no van a otros mundos ni se dejan embaucar por tentaciones”, se involucran a fondo y se comprometen al límite con su negocio vocacional.
Para finalizar el coloquio, José Mª Gay de Liébana ofreció una última reflexión con una serie de puntos que, en su opinión, deberían tener en cuenta las empresas para crecer: apostar por la innovación y la tecnología, invertir en lo nuevo, pensar en que la inversión sea rentable y productiva, transformarse y digitalizarse, que las finanzas empresariales sean robustas y, por último, saber crecer y dimensionar. No es fácil, pero es el camino.