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Susana Pérez Sánchez

…sin mujeres en cualquier área de conocimiento y decisión, y concretamente en STEAM, la sociedad sólo puede perder un potencial de oportunidad inconmensurable. Igualmente, si prescindiéramos de los hombres. La historia nos avala en esta afirmación, por lo que sí creo que debemos contrarrestarlo activamente y hacernos muy conscientes de esta necesidad en nuestras actitudes y acciones profesionales.

Para la Unión Europea, la Industria 5.0 «ofrece una visión de la industria que va más allá de la eficiencia y la productividad como únicos objetivos, y refuerza el papel y la contribución de la industria a la sociedad» y «sitúa el bienestar del trabajador en el centro del proceso de producción y utiliza las nuevas tecnologías para proporcionar prosperidad más allá del empleo y el crecimiento, respetando al mismo tiempo los límites de producción del planeta». Complementa el enfoque de la Industria 4.0 «poniendo específicamente la investigación y la innovación al servicio de la transición hacia una industria europea sostenible, centrada en el ser humano y resiliente». (Traducido de Kraaijenbrink, 2022).

Finalizas tus estudios de ingeniería en plena revolución digital, entonces casi incipiente a este lado del Atlántico, y desarrollas tu carrera profesional durante la evolución e implantación progresiva de la Industria 4.0. Ahora, estamos entrando en la 5.0. Brevemente, ¿qué caracteriza a cada fase y cómo has vivido estos procesos desde el corazón de los mismos?

Entre 2002 y 2008 viví mis primeros años de carrera profesional muy ligada a la educación y a proyectos de carácter investigador sin tener aún una percepción demasiado práctica de la etapa de digitalización industrial y su impacto real. En 2008 comencé a trabajar en proyectos centrados en la denominada “Future Internet”, investigando protocolos dinámicos en redes desestructuradas y las primeras aproximaciones industriales. Coincidía también con la eclosión de la computación distribuida y las arquitecturas “Big Data”. Para mí, esa etapa estuvo marcada por una estimulante efervescencia tecnológica y por el empuje de las tecnologías que después llamaríamos habilitadoras hacia la digitalización de la industria productiva.

Se podría comenzar a hablar de la cuarta revolución industrial, o Industria 4.0, a partir de 2011, fecha que coincide con mis inicios en la dirección de proyectos en TECNALIA en el ámbito industrial. Los planteamientos de I+D durante estos años toman una clara orientación hacia la mejora del tejido productivo y a cómo desarrollar cualitativamente todo el potencial que la digitalización puede ofrecer en las plantas de producción. Es la época marcada fundamentalmente por la búsqueda de eficiencia, los KPIs (Key Performance Indicators) para maximizar producción, optimización de los estándares de calidad y los procesos de adquisición de datos para medir y cuantificar todos los procesos de manufactura productiva.

Se desarrolla especialmente la adopción y evolución de dispositivos IIoT (Industrial Internet of Things), herramientas digitales para la gestión de la producción, los sistemas MES (Manufacturing Execution Systems) y su integración con los ERPs (Enterprise Resource Planning).

Desde hace un par de años, comenzamos a hablar ya de Industria 5.0, donde se acentúa el foco en lograr una industria flexible y resiliente, que convierta su producción en sostenible y respetuosa con los límites de nuestros recursos naturales y nuestro planeta, mientras se esfuerza por poner al operario en el centro de su proceso productivo, devolviendo el protagonismo absoluto al humano en lugar de a la máquina.

Cambiar el centro de atención de la industria del valor económico al valor social, del bienestar económico de la sociedad en general al bienestar emocional, físico o psicológico del ser humano, aunque muy loable, no parece una tarea fácil. ¿Cuál es tu visión de este aspecto central en la Industria 5.0?

En este recorrido hacia la industria digitalizada, creo que los perfiles especialistas que venimos de un background nativamente digital (formación en ingeniería informática o de telecomunicacíón, grados mixtos de matemáticas o física con programación, etc.), hemos aterrizado en la industria en ocasiones “como elefante en una cacharrería”, pensando que traíamos la solución idónea bajo el brazo. Con esto, lo que quiero decir es que los planteamientos rupturistas han hecho aproximaciones que obviaban inconscientemente todo el conocimiento y experiencia acumulados durante años por operarios maestros cuya carrera profesional ha estado pegada al entorno de producción, la máquina, la línea y la materia prima.

Ese conocimiento intangible y no digitalizado ha demostrado ser muy valioso, precisamente para catapultar el potencial de los datos y la aplicación de técnicas de Inteligencia Artificial (IA) sobre ellos de forma efectiva e integral. El salto de calidad entre una prueba de concepto digital y la adopción integral de una herramienta de IA en producción pasa innegablemente por incorporar a la persona experta en el proceso productivo.

Es imprescindible tener en cuenta que un operario de producción tiene un perfil específico, con sus condicionantes: normalmente no trabaja con una pantalla, ni con las manos libres en ocasiones, o no puede estar pendiente de hacer un click o introducir un dato en el momento preciso en que nosotros lo requerimos al diseñar una aplicación web, pero conoce intuitivamente la deriva de su proceso al cambiar de proveedor, el porcentaje que desecha hasta calibrar la máquina en un cambio de referencia y todos los entresijos asociados.

Debemos innovar y desarrollar tecnologías inmersivas donde la interacción digital pueda producirse de forma orgánica, que el operario sienta que continúa aportando un valor singular y que comprende las sugerencias de herramientas IA, que le ayudan a objetivar datos, a las que puede dar feedback y aprendizaje, que le anticipan información de predicción relevante y dan soporte a su toma de decisión.

¿Crees que para que este cambio se materialice sería necesaria una masa crítica de mujeres en las áreas STEAM?

Creo que en general, en cualquier ámbito de la vida, la diversidad siempre mejora el resultado y potencia las virtudes y los logros comunes. Existe variedad de ejemplos cotidianos donde el hecho de prescindir inconscientemente de una minoría ha resultado en un producto deficitario, donde sólo parte de la sociedad se ha visto representada.

En el ámbito de los avances tecnológicos y su repercusión, tanto en el ecosistema industrial, como en la sociedad en general, tenemos además una responsabilidad ética: creo que no podemos hablar de avance si no incorporamos la equidad en cuanto a género, y la diversidad en cuanto a raza, cultura, orientación política o religiosa, estructuras sociales y perfiles de conducta humana.

Cuando me invitan a dar algún testimonio o charla en este aspecto, trato de abrir la perspectiva de chicos y chicas jóvenes, argumentando que, sin mujeres en cualquier área de conocimiento y decisión, y concretamente en STEAM, la sociedad sólo puede perder un potencial de oportunidad inconmensurable. Igualmente, si prescindiéramos de los hombres. La historia nos avala en esta afirmación, por lo que sí creo que debemos contrarrestarlo activamente y hacernos muy conscientes de esta necesidad en nuestras actitudes y acciones profesionales. Fomentar iniciativas tanto en el ámbito empresarial como educacional, y generar y hacer visibles referencias femeninas en STEAM es muy importante.

Según su propia presentación, “TECNALIA es el mayor centro de investigación aplicada y desarrollo tecnológico de España, un referente en Europa y miembro de Basque Research and Technology Alliance”. En tu opinión, ¿cómo se sitúa el tejido empresarial vasco en cuanto a las fases de desarrollo tecnológico? ¿Será equilibrado el proceso de adaptación de las empresas?

Uno de los grandes sectores de interés para TECNALIA es la producción manufacturera, por la tradición histórica de este segmento y su relevancia en la CAPV. Como centro de investigación aplicada y entidad de I+D+i de la red vasca de ciencia y tecnología, tenemos el cometido de transferir innovación tecnológica al tejido empresarial vasco y en general a la sociedad en su conjunto para generar crecimiento.

Tenemos la gran suerte de pertenecer a un ecosistema donde se ha trabajado durante años en generar y fomentar estructuras de colaboración abierta para la innovación, la investigación y el desarrollo. El Gobierno Vasco apuesta por programas de financiación a la I+D que potencian la generación de conocimiento y de perfiles de especialización que capaciten a un tejido empresarial e industrial en constante evolución y que puedan adquirir competencias mixtas, adoptar la transferencia tecnológica del marco construido entre universidad, centros de investigación y empresa. Creo que estamos en una coyuntura con la madurez y la solvencia necesarias para continuar siendo un referente nacional y europeo.

El proceso de adaptación para las empresas será progresivo y gradual, acompañado por los agentes de la red vasca de ciencia y tecnología y favorecido por las estructuras público-privadas y las estrategias de colaboración abierta, que son el camino más orientado hacia la consecución de los espacios de innovación azul, aquellos que generan crecimiento a través de nuevas áreas de adopción de tecnologías donde no existía un modelo de negocio prestablecido o una situación de competencia previa.

¿Qué recomendarías a las y los Alumni de la Universidad de Deusto para que, desde la diversidad de sus titulaciones, puedan contribuir a esta quinta revolución industrial?

Les recomendaría mantener su curiosidad activa en cualquier ámbito, sus ganas de aprender, de escuchar y conectar conceptos de ámbitos aparentemente no relacionados. Creo que en los próximos años el tejido empresarial va a demandar perfiles híbridos, en disciplinas de conocimiento muy específico sobre un dominio o sector determinado, será imprescindible la combinación con capacidades cada vez más digitales.

Mantenerse vigilante ante tendencias tecnológicas, investigar sobre grandes retos transversales puede ser una cualidad radicalmente diferenciadora, porque potencia la habilidad de afrontar retos concretos desde perspectivas novedosas, buscando planteamientos fuera de la solución esperada y habitual.

Gracias por compartir tu experiencia y tus reflexiones. Para terminar, cambiando un poco de tema, ¿qué recuerdos guardas de tu paso por la Universidad de Deusto como estudiante?

Guardo sobre todo un recuerdo muy bonito de las personas que me acompañaron y con las que crecí, me divertí y aprendí. La época universitaria es muy intensa y exigente. Recuerdo también la angustia en la época de exámenes pero, por encima de todo, fue una etapa despreocupada y divertida, centrada en la amistad; fuimos una promoción bastante unida.

De un modo muy natural, esos años de estudiante en la Universidad de Deusto forjaron en mí una forma de pensar y entender, tanto los problemas más específicos, como las herramientas y capacidades con las que contar para buscar una solución. Creo que el mejor aprendizaje que me llevo, desde mi perspectiva actual, es el ejercicio consciente de saberme capaz de abordar un reto complejo, con mis limitaciones, pero con el espíritu de identificar dónde y cómo buscar, con quién, encontrar una vía plausible, un camino.

En los años siguientes, además, prolongué y afiancé esta sensación porque poco después continué como profesora e investigadora en la Facultad de Ingeniería, así que viví la experiencia también desde el otro lado, y así traté de transmitirla.

Referencias
Kraaijenbrink, Jeroen (2022, 24 mayo). What Is Industry 5.0 And How It Will Radically Change Your Business Strategy? Forbes.