Éramos los raros, los especiales, aquellos a los que nos importaba eso que a los demás les daba igual. Nos encantaba sentirnos outsiders. ¿Sabes lo que respondíamos cuando los de las otras facultades nos preguntaban para qué sirve la filosofía? ¡Para no hacer preguntas tan tontas como esa!.
Tras la finalización de tus estudios y la obtención de la suficiencia investigadora en Filosofía e Historia del Arte trabajas en dos publicaciones. Una especializada en arquitectura y arte, como redactor jefe, y la otra en arte contemporáneo, como corresponsal y colaborador: Arketypo y Lápiz, respectivamente. ¿Qué te gustaría reseñar de estos ocho años?
Cuando estudias filosofía sabes que con tu titulación no te va a sobrar el trabajo. En aquel tiempo si querías vivir de escribir, el del arte era un mundo que ofrecía posibilidades. Había revistas, centros de arte contemporáneo y museos que contaban con presupuesto para producción. Mis padres son artistas. El arte no me era ajeno. Colaboré con varios medios, aparte de los que comentas. Fui crítico de arte durante un tiempo. Publiqué algunos ensayos. Recibí incluso un importante premio por un artículo. Hice algunos buenos amigos. Pero, en general, mis recuerdos son muy malos. El mundo del arte es un asco. Un lugar lleno de egos, ambiciones e intereses y en el que creo que hay un enorme déficit de talento.
Has colaborado y colaboras con prensa escrita y radio. Tu forma de enfocar las temáticas tratadas dista un poco del periodismo deportivo tradicional. ¿Qué consideras que es más importante destacar en torno a estos temas?
Creo que lo más importante es encontrar una voz propia. Es una tarea que a veces puede ocuparte durante años. En el caso del fútbol, hay que intentar tener una mirada propia.
En tu producción literaria no abandonas el fútbol, pero lo entretejes con historias, quizás algunas personales, arte… Narrativa y reflexiones en las que aparentemente revolotea la Filosofía. ¿Qué puedes decirnos al respecto?
Oh, claro que revolotea la filosofía. Me formé en una cantera de filósofos. Creo que en mi producción literaria y ensayística se nota que soy de aquellos a los que le mueven más las preguntas que las respuestas.
Como Director de Estrategia y Operaciones de la Fundación Athletic Club eres, entre otras cosas, responsable del festival de literatura Letras y Fútbol, iniciado en 2010, y del de cine Thinking Football Film Festival, que comenzó en 2013. ¿Cuáles son los objetivos de estos eventos culturales?
Tender puentes entre el mundo de la cultura y el del fútbol. Aportar reflexiones y miradas diferentes. También ser un espacio en el que se genera una comunidad: la de aquellos a los que les interesa la cultura del fútbol, aquello que va más allá del estadio.
Además de agradecerte por dedicarnos tu tiempo, una última pregunta. ¿Qué recuerdos conservas de tu paso por la Universidad de Deusto?
Muy buenos. Creo que fuimos de las últimas promociones de filosofía. Recuerdo que entre los alumnos y también los profesores había algo especial, una cierta idea de conformar una comunidad. Éramos los raros, los especiales, aquellos a los que nos importaba eso que a los demás les daba igual. Nos encantaba sentirnos outsiders. ¿Sabes lo que respondíamos cuando los de las otras facultades nos preguntaban para qué sirve la filosofía? ¡Para no hacer preguntas tan tontas como esa!
Foto de portada y cabecera: Elena Blanco
Fotos de la entrevista: Joxean Zurutuza



