Un proceso para sanar, transformar, restaurar y recuperar
«La mirada que tiene la ESPERE de la salud mental, se refiere no sólo a un individuo sano (en tanto ausencia de trauma) sino de un individuo con relaciones que contribuyan a la generación de equidad, justicia, cuidado, compasión, empatía y validación permanente. Los procesos de perdón y reconciliación tienen efectos directos en la mejora del bienestar psicológico y físico»
La Fundación Para la Reconciliación, instituida en 2003 por Leonel Narváez Gómez, Sacerdote Católico Misionero de La Consolata, es una entidad colombiana sin ánimo de lucro que desarrolla y aplica pedagogías para promover la Cultura Ciudadana del Cuidado, el Perdón y la Reconciliación. Facilitan procesos de prevención, transformación pacífica de conflictos, superación de las violencias y fortalecimiento de la cohesión social contribuyendo a la construcción de una paz sostenible. Uno de los cuatro programas creados por esta Fundación son las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ES.PE.RE.).
Estas Escuelas son un proceso pedagógico vivencial y lúdico para sanar las heridas, transformar la memoria ingrata, generar prácticas restaurativas y brindar herramientas para recuperar la confianza¹. Han llegado a más de 2 millones de personas en 22 países, recibiendo distintos reconocimientos, entre ellos el Premio Unesco de Educación para la Paz en 2006.
Las personas a las que se dirigen son todas aquellas que buscan sanar sus heridas de la vida cotidiana: exclusiones, humillaciones, bullying, riñas, problemas intrafamiliares, algún tipo de abuso o violencia, etc.
En 2018 inician su andadura en Euskadi de la mano de Manu Arrue SJ, responsable de Paz y Reconciliación de la Diócesis de Bilbao (2015 – 2018) y líder del proyecto de Perdón y Reconciliación del Centro Loyola, del Santuario de Loyola, con el objetivo de acompañar procesos que ayuden a sanar las heridas y el sufrimiento generados por los distintos tipos de violencia y la vulneración de los derechos humanos en nuestro país².
Manu Arrue SJ, Responsable del proyecto de Perdón y Reconciliación del Centro Loyola, del Santuario de Loyola.
Tras la pandemia, ¿cuál es tu opinión respecto de la necesidad de retomar los procesos de reconciliación?
Por testimonios que he escuchado, en algunos casos, se han tensado las relaciones, sobre todo las familiares y laborales. Y merecen un proceso de perdón que acabe en reconciliación. Y para otro grupo de personas, también ha sido la ocasión de entrar dentro de sí mismas y darse cuenta de algunas rabias que no les dejan vivir y de algunas personas con las que debían haber hecho las paces o de otras con las que están a tiempo de hacerlas.
¿Cuál es la metodología de los talleres ESPERE?
Es una metodología activa. Aprender haciendo. Son once módulos. En cada uno de ellos en primer lugar comenzamos haciendo un espacio seguro con alguna dinámica de confianza, después trabajamos una situación personalmente, y según el contenido, lo compartimos en grupos de tres personas, quedando muy clara la confidencialidad, y la escucha. A continuación, hacemos alguna lectura que ayude a poner palabras a lo vivido y un momento de clarificación. Terminamos con un cierre del módulo mediante un gesto, un símbolo, un escrito, y un pequeño recordatorio de la sesión.
Presentamos a continuación el testimonio de dos Alumni de la Universidad de Deusto, miembros del equipo ESPERE de Bilbao.
Txema Auzmendi SJ, Lic. Filosofía (Prom. 75) por la Universidad de Deusto
¿Qué te impulsó a participar en los talleres ESPERE?
La extraordinaria experiencia que viví en Lima fue la que me impulsó a «entrar» en ESPERE. Vivimos la experiencia en Lima un grupo de personas que habíamos viajado allí desde Cuba. Fue preciosa. Y al volver a Cuba, pusimos en marcha los talleres ESPERE en varias ciudades: La Habana, Santiago… Tuvo lugar hace 6-7 años. Desgraciadamente, desconozco si el grupo sigue y se mantiene en activo.
¿Qué señalarías como más relevante de la experiencia vivida hasta ahora con el equipo de ESPERE?
Diría que la sed de venganza, el causar dolor a quien te lo ha causado puede cambiar y quien ha vivido algo así entra en una «nueva» vida: el sufrimiento y el dolor permanecen, pero no como antes, puesto que he hecho las paces conmigo mismo, al igual que con la persona que me creaba ese odio y sed de venganza.
¿Cuáles son tus expectativas de futuro respecto del Perdón y la Reconciliación en Euskadi?
Creo que existe una gran necesidad de ello, pero ¿cómo y dónde se puede realizar una presentación de lo que ESPERE ofrece? ¿Cómo y dónde se puede invitar a quienes necesitan vivir una experiencia similar, a quienes viven esclavos del odio y de hacer el mal a otros? Si no hay, si no tenemos oportunidad de hacer publicidad de ESPERE en TV o en radio, es difícil acercarse a las personas que necesitarían hacerlo. Ese es, a mi juicio, el mayor obstáculo para ofrecer ESPERE a la gente y no sé cómo superar esa dificultad. Tampoco creo que haya posibilidad de hacer una oferta más restringida o más corta, puesto que darse cuenta de la necesidad de perdón y de la bondad de darlo no son temas baladíes. Necesitan tiempo, ya que son en su mayoría procesos bastante largos y complicados.
Arantza Echaniz, Lic. Economía y Dirección de Empresas (Prom. 91); Dra. en la misma disciplina (Prom. 01) por la Universidad de Deusto
¿Qué te impulsó a participar en los talleres ESPERE?
Conozco a Manu Arrue, sj hace muchos años, desde mi época de estudiante en el campus de San Sebastián. Recibí una invitación suya a participar en un taller de fin de semana, dinamizado por dos personas del equipo ESPERE de Perú, cuyo título me cautivó. Creo firmemente en el poder sanador del perdón y en la necesidad de reconciliación. Además, se presentaba como un taller vivencial en el que cada persona trabajaríamos una herida personal, que no tenía que ser ni muy reciente ni muy ‘sangrante’. Al finalizar el taller nos propuso formar parte de un equipo cuyo objetivo sería trabajar la metodología ESPERE en nuestro entorno y no lo dudé.
¿Qué señalarías como más relevante de la experiencia vivida hasta ahora con el equipo de ESPERE?
Creo que hemos formado un equipo diverso, comprometido e ilusionado. Además, recibimos una formación online de la Universidad Ruiz de Montoya (Perú) que fue muy interesante y nos ayudó a profundizar. Desde entonces nos hemos reunido periódicamente para seguir formándonos, adaptar la metodología y desarrollar los talleres que vamos a impartir. Por desgracia, la pandemia ha hecho que no hayamos podido impartir muchos de ellos.
¿Cuáles son tus expectativas de futuro respecto del Perdón y la Reconciliación en Euskadi?
Creo que en Euskadi tenemos un pasado bastante reciente en el que ha habido mucho dolor, muchas heridas que han marcado nuestra sociedad. Afortunadamente, se ha avanzado mucho y hay diversas iniciativas que van en el camino de la sanación de esas heridas. La metodología ESPERE puede ayudar en ese camino; lo mismo que puede ayudar a cualquier persona que quiera hacer un trabajo personal de superación del sufrimiento generado por cualquier tipo de violencia o vulneración de derechos.
¹ Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE). Recuperado el 17/05/2021 de http://fundacionparalareconciliacion.org/escuelas-de-perdon-y-reconciliacion-espere/
² Perdón y Reconciliación. Recuperado el 17/05/2021 de https://loyola.global/es/noticias/142511-perdon-y-reconciliacion
Foto portada y encabezado de Jakrawut Ouiseng en Unsplash.
Autor: J.C.D.A.