Skip to main content

José María Guibert Ucín, SJ

De los cuatro nuevos grados para el curso 2020-2021, uno es en Medicina. Deusto, una de las más de 200 universidades de la Compañía de Jesús en todo el mundo, se convierte en la primera en España en implantar estos estudios y una de las 15 que los imparten en el ámbito internacional. ¡Un auténtico hito histórico!

¡Enhorabuena Rector, primero por su renovación en el cargo para los próximos tres cursos! ¡Y también por el nuevo Grado en Medicina! Cuentan algunos que el primer día de su mandato, en cuanto puso el pie en su despacho, antes de cualquier otra cosa debió decir algo así como en Deusto falta Medicina. Al margen de la veracidad de la cita, seis años después ¡se ha conseguido!¿Puede contarnos qué sintió en el momento en el que recibió la aprobación final de las instancias correspondientes?

Muchas gracias. Es la primera vez que oigo esa cita. Me hace gracia. Ciertamente cuando comencé el rectorado no venía con muchas ideas preconcebidas, y menos Medicina. Posteriormente, al estudiar necesidades de la sociedad y conversar con profesionales y científicos del sector, nos pidieron encarecidamente que implantáramos estudios de Medicina. Analizamos la cuestión, nos entrevistamos en un par de años con doscientos profesionales, locales y de distintos continentes, y fuimos poco a poco conociendo el área de ciencias de la salud y, en concreto, Medicina. El resumen de nuestro discernimiento de esos años preparatorios es sencillo: hay una necesidad, podemos hacerlo, lo hacemos.

El momento de la aprobación fue un momento más de los muchos que ha habido. Hemos dado muchos pasos, hemos llevado a cabo cientos de tareas, hemos puesto en marcha muchos procesos para implantar con rigor un Grado en Medicina. Esa aprobación que usted menciona fue solo un paso más o una aprobación parcial más. Era algo esperado porque habíamos dado ya muchos pasos, cumplíamos con todos los requisitos y el trámite estaba al caer. Lo que pasa que tuvo una llamativa repercusión mediática. Para mí fue un paso más, sabiendo que cada paso depende de muchos pasos anteriores. No es una lotería. Es una concatenación de una lista muy detallada de actividades. Es más, después de esa mencionada y mediática aprobación, hemos seguido dando muchos más pasos en lo que toca a profesores, investigadores, convenios, instalaciones, etc. En resumen, un grado en Medicina es una carrera con muchos pasos. 

La apuesta innovadora que propone el Grado en Medicina en Deusto, el aprendizaje basado en problemas (método ABP), es una metodología aún poco conocida en España. ¿Podría brevemente reseñar sus rasgos más significativos? ¿Cómo se ha preparado la Universidad de Deusto para incorporarla?

El ABP implica la práctica ausencia de clases magistrales, la utilización del formato de resolución de problemas en equipo como el sistema más frecuente de construcción del conocimiento y, además, lleva implícito el inicio de las prácticas clínicas desde el primer trimestre del grado. Hemos visitado numerosas universidades, en todo el mundo, que imparten a través de esta metodología y hemos aprendido mucho de ellas. Además, hemos establecido un convenio con la Universidad de Girona cuya Unidad de Educación Médica nos lleva ayudando, desde hace ya más de dos años, para la capacitación de nuestro propio personal de apoyo. En este momento podemos afirmar que estamos preparados para impartir este grado utilizando, prioritariamente, esta metodología.

Las universidades de la Compañía llevan años potenciando el espíritu ignaciano: su espiritualidad, su pedagogía, su liderazgo…¿Dónde encontraremos la impronta ignaciana en el Grado en Medicina?

El abordaje desde el humanismo es consustancial a la identidad de la Universidad de Deusto. En este sentido el modelo de los futuros egresados será el de un profesional de la medicina que reconoce en la fragilidad del enfermo su propia fragilidad y la aborda desde un humanismo cristiano que hace del servicio al necesitado su razón de ser. Esto es absolutamente coincidente con la corriente de medicina centrada en la persona que es la que, como universidad, vamos a adoptar.

Nos consta que el camino hasta la aprobación de esta titulación no ha estado exento de dificultades, de piedras en el camino. Ahora que ya están superadas, ¿podría contarnos cómo vivió personalmente, si no todas, alguna de ellas?

Los proyectos de cierta envergadura llevan consigo multitud de tareas, como señalaba antes. Más que piedras en el camino o dificultades, nos hemos encontrado con tareas nuevas y desconocidas a afrontar. Nuestros equipos han ido aprendiendo sobre la marcha durante todo este proceso. Ha sido un trabajo constante, metódico, abordado desde múltiples frentes. Hemos tenido la oportunidad de optar por metodologías y propuestas novedosas, sin estar anclados a formas antiguas o anquilosadas de proceder. Va a ser el grado más innovador que tengamos en Deusto. Posteriormente podremos pensar en transformar radicalmente otros, a partir de lo que vamos aprendiendo con Medicina.

La dificultad mayor ha sido enfrentarse a nuevos retos, entrar en nuevos ámbitos, conocer nuevos profesionales, nuevos científicos, nuevas instituciones. Más que como dificultades, lo hemos visto como un transitar por una senda apasionante, vivida con una creciente automotivación y un altísimo espíritu de servicio. Lo que he experimentado es que en Deusto somos unos “profesionales de lo universitario”. Es decir, si vemos una necesidad la abordamos con todo detalle, buscamos a los mejores que nos puedan ayudar y los sumamos a nuestro proyecto.

Las principales “piedras en el camino” somos nosotros mismos si nos apalancamos en formas antiguas de proceder o si no pensamos en soluciones novedosas para nuevos retos. Como decía antes, los proyectos de envergadura son complejos y exigen hacer planteamientos a medio plazo, no agobiarse en los atascos momentáneos que surgen, hacerse las preguntas adecuadas y pensar de modo estratégico. Aprender, aprender y aprender. Los primeros que teníamos que creer que las soluciones y vías de innovación que planteábamos eran posibles éramos nosotros mismos. Posteriormente, hemos tenido que ir convenciendo a otros, de dentro y de fuera de nuestra organización. Ha habido mucho diálogo y mucho aprendizaje. Y seguiremos, pues hay muchísimo por hacer.