Puedes aprender mucho más durante un mes en un poblado de África de lo que imaginas. El voluntariado internacional en proyectos de desarrollo dio sentido a mi vida.
Iniciaste tu formación – y tu carrera profesional – orientada al ámbito social y la educación. Después te especializas en Recursos Humanos. ¿De qué forma estos tres ámbitos se han combinado en tu desarrollo profesional?
Mi vocación son las personas y mi sueño es trabajar en algo que me apasione y que al mismo tiempo me permita aportar a la sociedad. Esto me llevó a escoger carreras de humanidades, pero cuando salí de la Universidad comenzó la crisis económica y no parecía fácil poder dedicarme a ello, por lo que intenté ser estratégica y seguir formándome con un Máster que era muy reconocido por su calidad educativa y que me permitía especializarme en un área que estaba vinculada a la formación y desarrollo de personas. Especializarme en Recursos Humanos me ha permitido entender las dinámicas de las organizaciones, las necesidades de las personas y los equipos, y adquirir competencias laborales. La experiencia me ha demostrado que, en cualquier trabajo, todo conocimiento o habilidad extra es un valor añadido. Cuanto más extravagante sea tu CV, más oportunidades ajustadas a tu perfil encontrarás. Hoy en día hay que salirse de lo estándar.
Aunque ya habías tenido experiencias internacionales (ERASMUS en Suecia, Jóvenes Cooperantes Vascos, voluntariado internacional, trabajo en Londres), en 2018 dejas un trabajo aparentemente estable – ¡y en Bilbao! – y decides dar el salto a Panamá. ¿Qué te movió a tomar esta decisión? ¿Planeas a medio, largo plazo volver al botxo?
Siempre he sido una persona muy inquieta, intrépida y perseverante, quería trabajar en el ámbito social. No dejé de moverme y buscar hasta que lo encontré, eso supuso dejar atrás otras cosas que me aportaban armonía y seguridad, pero para ganar, algo hay que perder, todo no se puede. Tuve que arriesgarme y hacer las maletas con mucha incertidumbre.
Me encantaría volver, porque en Bilbao hay mucha calidad de vida, pero el tema laboral es importante y me gustaría poder encontrar una oportunidad profesional retadora que me permita seguir dedicando mi vida a luchar por las injusticias. Suena muy utópico e idealista, pero hoy en día se puede tener un trabajo gratificante y que te permita aportar algo positivo a la sociedad.
Con sede en Panamá, la Oficina Regional de UNICEF coordina los proyectos de 36 países de América Latina y el Caribe a través de 24 oficinas. ¿Podrías hablarnos brevemente de alguno que te parezca especialmente significativo en estos convulsos momentos para varios países de la región?
UNICEF trabaja para hacer realidad los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes, sobre todo los más desfavorecidos. En el área de género en concreto trabajamos para que,
por el hecho de haber nacido niña o niño en una zona rural o urbana o en una comunidad indígena o afrodescendiente o en una familia con bajos recursos, las cartas no estén marcadas y puedan acceder a los mismos derechos y oportunidades.
En 2018 Naciones Unidas declaró la emergencia por la crisis migratoria venezolana en varios países de la Región receptores de este flujo migratorio masivo (Colombia, Brasil, Ecuador, Guyana, Trinidad y Tobago y Perú). Desde entonces, la oficina regional de UNICEF trabaja sin descanso para atender a niños, niñas y adolescentes en su proceso de frontera, tránsito y destino, pero también a aquellos que aún viven en Venezuela y experimentan la crisis humanitaria dentro del país. En el área de género atendemos las situaciones de vulnerabilidad que se exacerban en contextos de crisis como son: la violencia de género (que se traduce en: abuso y explotación sexual, trata y tráfico de personas, matrimonios forzados y embarazos en niñas y adolescentes); además de la falta de acceso a los recursos (salud, educación, protección, agua y saneamiento).
¿Cómo? En coordinación con todas las áreas realizamos un análisis de las situaciones que experimentan de manera diferente los niños y las niñas y entendemos cómo sus roles y normas de género pueden provocar que tengan menor acceso a ciertos recursos o experimenten mayor discriminación o vulnerabilidad: niños reclutados por bandas criminales, niñas que son abusadas sexualmente a cambio de pasar la frontera, niñas que no acuden a la escuela porque no disponen de compresas sanitarias en sus días de menstruación, adolescentes que dejan la escuela para trabajar y sustentar a la familia, adolescentes obligadas a casarse para obtener la residencia en otro país, niñas de 12 años embarazadas por una agresión sexual, niños vendidos en adopciones ilegales, adolescentes obligados a realizar trabajos sexuales para sobrevivir… Con estos datos recogidos sobre el contexto podemos realizar informes que compartir con socios, donantes y Gobiernos y desarrollar así proyectos de intervención con enfoque de género.
¿Cómo valorarías la situación de género en América Latina y el Caribe?
Compleja y paradójica. La Región de América Latina y el Caribe es la región más diversa del mundo con 671 etnias indígenas, donde todos los países han ratificado las convenciones sobre los derechos humanos y tienen planes o leyes nacionales sobre igualdad, no discriminación y/o violencia contra las mujeres. Destacar también el surgimiento de movimientos de mujeres y feministas articulados que trabajan por la igualdad.
A pesar de estos avances, es la región más desigual y la más violenta del mundo en ausencia de guerra, la violencia está normalizada y las normas de género y el machismo son muy fuertes, los datos evidencian que las niñas y mujeres enfrentan mayores desventajas, discriminación y violencia. Es la región con mayor tasa de feminicidio del mundo y la segunda región con los mayores índices de embarazo adolescente y matrimonio infantil. Además, los niños y adolescentes se unen a bandas criminales y aún hay países que penalizan la homosexualidad. Estas situaciones se van heredando de una generación a otra y es difícil romper con el círculo de discriminación intergeneracional. Todos estos datos se multiplican en grupos indígenas, afrodescendientes, zonas rurales y de menos recursos.
Queremos romper con estas normas y roles de género, unidas a prácticas nocivas que impiden el pleno desarrollo y bienestar futuro de los niños, niñas y adolescentes, desarrollando programas de prevención, atención y socialización, dialogando con los Gobiernos para que se implementen políticas y leyes de igualdad y protección.
¿Qué aconsejarías a las y los Alumni de la Universidad de Deusto para sensibilizarse y colaborar en proyectos de desarrollo?
Viajar al extranjero, sea para estudiar, trabajar, realizar un voluntariado con el objetivo de convivir e integrarse en otras sociedades y romper con nuestros convencionalismos, aprender otras maneras de pensar y sentir. “Puedes aprender mucho más durante un mes en un poblado de África de lo que imaginas”. El voluntariado internacional en proyectos de desarrollo dio sentido a mi vida.
Para sensibilizarse con el tema de género no hay que ir muy lejos, lamentablemente incluso en Bilbao estamos lejos de una verdadera igualdad, los sucesos de las últimas semanas lo evidencian, debemos entender que ciertos colectivos son más discriminados y vulnerados por su sexo, identidad sexual o de género y por ello debe haber mayor formación, programas de sensibilización, cambio de las normas de género machistas y heteropatriarcales y políticas y leyes de protección que se implementen.
Para terminar, agradeciéndote por tu participación y deseándote lo mejor para el futuro, ¿qué recuerdos guardas, y te gustaría compartir con nosotros, de tus años de estudiante en la Universidad de Deusto?
Mis años de estudiante fueron muy bonitos, recuerdo que me parecía un mundo nuevo y no dejaba de aprender, hacía mil actividades y siempre con energía. Es importante no dejar de aprender nunca, explorar, leer, observar y escuchar.
Mientras trabajé en la Universidad, lo que más apreciaba era la cercanía, amabilidad y disposición para ayudar de mis compañeros y compañeras. De los estudiantes me fascinaba su ingenio, sus ganas de comerse el mundo, su simpatía y optimismo, son perspicaces y curiosos. Deben aprovechar estas cualidades para dar lo mejor de sí mismos y construir un mundo más justo, sostenible e igualitario.