La Unión Europea te da la oportunidad de trabajar en cualquier ámbito. Desde fuera solo parece una institución muy cerrada, pero existen muchísimas opciones en todos los ámbitos que podamos imaginar.
Has estado activa haciendo voluntariado y trabajando durante tus estudios universitarios, y no has dejado de hacerlo desde que los terminaste. Tras finalizar exitosamente el Grado en Turismo decides realizar un máster en Relaciones Internacionales. ¿Qué te impulsó a dar este paso?
Tuve muchas dudas sobre la especialización que quería llevar a cabo. Gracias a las experiencias que tuve durante el grado, pudiendo hacer dos prácticas, así como gracias a la experiencia de Erasmus en Noruega, tenía claro que quería hacer el máster en el extranjero. La elección de hacer el máster en RR.II fue a causa de algunas asignaturas en las que nos hablaron sobre la Unión Europea y su función. Mi Trabajo de Fin de grado también tenía relación con la UE, ya que me enfoqué en la Capital Cultural Europea Donostia/San Sebastian 2016. Este trabajo también me ayudó a profundizar en temas europeos y me llamó la atención. Empecé a buscar programas de másteres en Relaciones Internacionales y Europeas. Lo hice con la ambición de poder mezclar mi conocimiento en el sector turístico con las relaciones internacionales, ya que, también hay opciones que mezclan estas dos especialidades.
En 2018 das un giro a tu carrera profesional y te trasladas a la Delegación de Euskadi para la Unión Europea, en Bruselas. ¿Qué podrías contarnos de ese año de trabajo en el corazón de la UE?
Este año fue clave para mi carrera profesional posterior. Gracias a un amigo del Grado en Turismo que me habló de las Becas de Especialización en Acción Exterior, conseguí irme a la Delegación de Euskadi en la UE durante un año. Desde la delegación, se monitorean las políticas europeas y el impacto que estas puedan tener en el País Vasco, y se participa en redes europeas con otras regiones y otros Estados Miembros. Pude profundizar mucho en el funcionamiento de la conocida “Burbuja Europea” o “EU bubble”, así como en distintas políticas entre las que se encontraban el turismo o la cultura. Fue una manera fantástica de abrir las puertas en Bruselas y gracias a esta experiencia mi perfil se volvió más competitivo en esta gran burbuja.
Vuelves a Euskadi y tras cuatro meses en Hendaya trabajando en el Programa de Cooperación y Proyectos Transfronterizos de la Eurorregión Nueva Aquitania Euskadi Navarra, obtienes una beca Bluebook de la Comisión Europea y regresas a Bruselas a trabajar en la DG GROW. ¿Qué supuso esto para ti?
Conseguir entrar en la Comisión Europea fue prácticamente como un sueño. Antes de que sucediese lo veía como imposible. No solo eso, además hice las prácticas en la Unidad de Turismo de la DG GROW, lo que suponía mezclar mis conocimientos obtenidos en el Grado con aquellos conseguidos gracias al Máster. Fue una experiencia fantástica, no solo por lo interesante que era el trabajo, si no por toda la gente que conoces en Bruselas y el ambiente de “becario” que hay en la ciudad. Poder ver el trabajo de la Comisión por dentro, participar en reuniones con el Consejo y el Parlamento, trabajar con profesionales que llevan años en la institución fue una experiencia fantástica. Todavía mantengo grandes amistades de ese periodo que definitivamente cambió mi vida.
De esta DG pasas primero al programa de asistentes parlamentarios de miembros del Parlamento Europeo, después a la red NECSTouR y, finalmente, de nuevo a la DG GROW, ahora como Asistente de Programas en la Dirección General de Política Regional y Urbana REGIO G.2, donde estás desde entonces. ¿En qué medida han contribuido estas experiencias entre sí para llegar finalmente a esa Dirección General?
En Bruselas la clave es moverse, hacer contactos a través del “networking”, y de no rendirse. Tuve que pasar por diversos periodos de prácticas que ayudaron a que mi perfil obtuviese una competitividad suficientemente atractiva para poder entrar en las instituciones. A pesar de que estar de prácticas en Bruselas sea un poco difícil por el tema económico, cada una de estas experiencias fue indispensable para poder llegar a donde estoy ahora y volvería a repetirlas todas las veces que fuese necesario. El enfoque regional de la delegación de Euskadi, trabajar en el monitoreo de proyectos en la Eurorregión, las experiencias dentro de la Comisión y el Parlamento, así como poder trabajar en una red de regiones para el Turismo sostenible y competitivo con constante contacto con las regiones fue lo que me llevó a acabar en la Dirección General de Política Regional y Urbana. Todas estas experiencias me dieron una visión transversal de distintos niveles de gobernanza que para desarrollar mi trabajo actual han sido clave.
¿Qué recomendarías a las y los Alumni de Turismo de la Universidad de Deusto a la hora de plantearse el desarrollo de su carrera profesional en el ámbito de la Unión Europea?
La Unión Europea te da la oportunidad de trabajar en cualquier ámbito. Desde fuera solo parece una institución muy cerrada, pero existen muchísimas opciones en todos los ámbitos que podamos imaginar. Además, fuera de lo que son las Instituciones Europeas, existe todo un ecosistema de organizaciones internacionales, representaciones regionales y nacionales, partidos políticos, consultoras y organizaciones de lobbying que ofrecen una gran cantidad de opciones en relación con las políticas europeas. Les recomendaría que se movieran, busquen prácticas y opciones de trabajo, que trabajen el inglés y el francés, así como otras lenguas, y que no se rindan nunca, que, con esfuerzo, todo acaba saliendo.
Además de agradecerte por tu participación en este número de la revista y, para terminar, una última pregunta. ¿Qué recuerdos guardas de tu paso por las aulas de la Universidad de Deusto?
Tengo un recuerdo muy bueno de mis años en la Universidad. Sigo manteniendo muy buenas amistades de ese periodo, y sigo en contacto con muchas de mis profesoras y profesores de entonces. Muchas veces, siendo más mayor, me doy cuenta de que me hubiese gustado aprovechar la experiencia mucho más de lo que hice, pero creo que en el momento en el que estaba pude sacar el máximo provecho de ese periodo. Hay muchas oportunidades que la Universidad de Deusto ofrece y hay que intentar aprovecharlas. Tengo un recuerdo muy bueno de los últimos meses realizando el TFG, fue un proceso duro, pero que me dio mucha alegría y satisfacción una vez lo presenté a las profesoras, que fueron de muchísima ayuda en ese proceso.