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Paula del Barrio e Íñigo Salaverría

(Paula) … que no se subestimen y que no tengan miedo a equivocarse. Ahora estamos en un momento de la vida en el que hay que aprender y eso se hace a base de prueba-error.

(Íñigo) Conectar con gente que tiene el puesto que quieres lograr, hablas con ellos, ves su perfil y poco a poco irás avanzando hacia donde quieres. Hay que tener claro que, ¡Quien no se mueve no consigue nada!

Paula e Íñigo se conocen en la universidad y unen sus caminos personal y profesionalmente. Ambos realizan un doble Grado en la Universidad de Deusto, cuyo común denominador es el Derecho. Paula se especializa además en Comunicación, mientras que Íñigo lo hace en Finanzas.

Paula (P) e Íñigo (I), ¿cómo decidís dar el salto internacional y hacerlo precisamente a Luxemburgo?

I: El salto se dio de casualidad. Un día una persona que trabaja en Luxemburgo en EY me contactó por LinkedIn y me empujó a iniciar el proceso. En poco menos de una semana pasé con éxito todas las entrevistas y me lancé a esta aventura internacional.

P: Frente a este cambio nuestra idea era esperar un tiempo para ver si Iñigo estaba contento y consideraba que merecía la pena el cambio. Yo por mi parte, estaba muy contenta en mi trabajo en Arruti y tampoco fue una decisión fácil de tomar.

Una vez en vuestro destino, os incorporáis a la plantilla de Ernst & Young. Paula como Asistente Fiscal e Íñigo como Auditor de Capital Riesgo. ¿Cuáles fueron los desafíos y oportunidades que encontrasteis al cambiar de entorno laboral y cultural?

P: En mi caso el desafío del cambio se dio en el entorno laboral. Acostumbrada a trabajar en un despacho mediano me tuve que adaptar a la forma de trabajar de una Big4 añadido al cambio de lengua y normativa fiscal. Sin embargo, el aprendizaje es exponencial y el desarrollo de los idiomas va de la mano.

I: Considero que el desafío es salir de tu zona de confort, dejar a tu familia y amigos en Donosti y tener que irte a 1.000km de tu hogar. Pero al fin y al cabo no es muy distinto a cambiar de trabajo en tu país, simplemente tienes que adaptarte a nuevas dinámicas y personas. Aquí hay un gran número de españoles y hemos hecho un buen grupo de amigos de toda España, pero también tenemos la suerte de que en un país tan pequeño puedas conocer a personas de todos los rincones del mundo. Por otro lado, creo que aquí ahora mismo hay unas posibilidades de desarrollo profesional que por desgracia en nuestro país no tendríamos y además unas condiciones de vida económicas más cómodas.

Mientras realizabais vuestros estudios, ambos habéis participado activamente en la asociación ELSA. ¿En qué medida esta experiencia ha contribuido en vuestro desarrollo personal y profesional?

P: Yo considero que es una buena herramienta durante la universidad que te da la posibilidad de conocer a estudiantes de toda Europa. En mi caso, ahora trabajo con un chico con el que coincidí en una asamblea internacional. Además, en el proceso de selección se valora de forma muy positiva, se toma como símbolo de adaptación y esfuerzo.

I: ELSA es una buena asociación que utilizada correctamente te puede llevar a adquirir nuevas herramientas sociales en un entorno semi profesional. Con esto quiero decir que te da la posibilidad para conocer desde fuera el mundo laboral, en este caso del Derecho. En definitiva, toda actividad extracurricular ayuda para conseguir un primer trabajo y hacer contactos.

Íñigo, trabajaste como Auditor Comercial junior en Deloitte. ¿Cómo fue esa experiencia y cómo influyó en tu decisión de trasladarse a Luxemburgo para trabajar en Ernst & Young como Auditor de Capital Riesgo?

Mi experiencia en la oficina de Deloitte en San Sebastián resultó breve pero intensa. El grupo de recién graduados que empezamos a trabajar en septiembre era realmente bueno, en cuestión de días hicimos piña y formamos un buen equipo. En los cinco meses que estuve pude entender mejor el mundo de la auditoría y fue realmente útil para dar el salto a Luxemburgo con una buena base.

Paula, después de graduarte, trabajaste en Arruti Abogados SLP. ¿Cómo fue la transición de la vida académica al entorno laboral y cuáles fueron tus principales responsabilidades en ese despacho?

La transición del mundo académico al laboral no pudo ser mejor. Lo hice de la mano de mi profesor de Derecho Financiero, Eduardo Pardo, y mi jefe y compañero Martin Guiroy, quienes se volcaron por que aprendiese y diese lo máximo posible. Mis tareas iban desde realizar los trámites en el registro de Hacienda hasta redactar demandas contra la Administración tributaria pasando por participar en las campañas de la renta, sociedades e IVA. Además de la suerte que supone trabajar junto a unos de los mejores profesionales del sector, me he llevado una familia donostiarra para toda la vida.

¿Qué consejo daríais a las y los Alumni de la Universidad de Deusto que están iniciando su carrera profesional en el ámbito legal y financiero, especialmente aquellos que consideran hacerlo en el extranjero?

P: Aconsejaría a que no se subestimen y que no tengan miedo a equivocarse. Ahora estamos en un momento de la vida en el que hay que aprender y eso se hace a base de prueba-error. También que se llenen la mochila de experiencias tanto profesionales como personales, así sabrán descubrir lo que realmente les gusta y lo que no.

I: Primero hay que dar por descontado que hay que tener un nivel aceptable de inglés para poder comunicarte con cierta fluidez en el trabajo, pero no hay que asustarse, no hace falta ni el mejor léxico ni la mejor pronunciación. Desde mi experiencia, mi consejo es que no piensen solo en el presente, desarrolla un plan. Dedica tiempo a mirar el mercado laboral, mirar que puestos te interesan o qué carrera profesional quieres desarrollar y para ello haz una red de contactos. Hoy en día con LinkedIn es muy fácil. Conectar con gente que tiene el puesto que quieres lograr, hablas con ellos, ves su perfil y poco a poco irás avanzando hacia donde quieres. Hay que tener claro que, ¡Quien no se mueve no consigue nada!

Deseándoos lo mejor para el futuro y agradeciéndoos por vuestra participación en este número, ¿qué recuerdos guardáis de vuestro paso por las aulas de la Universidad de Deusto?

P: Para mí la universidad ha sido un lugar en el que disfrutaba de lo que estudiaba. Me acuerdo de las primeras clases con Arantzazu y saber que estaba estudiando lo que me apasionaba. En segundo descubrí lo que es la capacidad memorística de un notario, Granados, quien casi me lleva a decidirme por opositar a notarías. En tercero tuve grandes profesores como Paisan, quien siempre se ha mostrado abierto para ayudarme en concursos de Derecho. Hemos tenido la grandísima suerte de que los dos mejores fiscalistas, Eduardo y Joseba, nos impartan clase. A ellos les debo que me dedique a esta rama. En el lado de comunicación aprendí lo complicado que es redactar de forma clara y concisa de la mano de Elvira y Achon quien explicaba a la perfección las distintas corrientes políticas. Por último, me gustaría recordar a Ramiro quien nos dejó cuando estábamos en nuestro último año de universidad, pero siempre recordaremos la pasión con la que impartía las clases.

I: Sin ninguna duda, mi mejor recuerdo es haber conocido a mi novia, Paula, en clase y haber disfrutado de estos años de carrera juntos. Por otro lado, guardo un grato recuerdo de las clases de derecho, considero que tuvimos unos docentes excepcionales. Es una experiencia muy enriquecedora contar con profesores que se dedican al derecho desde puntos de vista tan diferentes, ya sean notarios, socios de los mejores despachos o incluso algún cargo político. Me acuerdo mucho de las lecciones de Granados, Eduardo, Joseba, Mingot, Dan, Gonzalo y sin duda Ramiro Álvarez (DEP). Todos ellos han dejado huella en mí. También me acuerdo de todos los bedeles y el personal de la cafetería que siempre sacaban un rato para charlar con nosotros y nos animaban antes de los exámenes. Y por último, mis compañeros de la doble, especial mención a Martin, Mattin y Ruiz, nos lo hemos pasado muy bien, tanto dentro como fuera del aula y de los que me llevo una amistad para toda la vida.