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Garikoitz Fernández Gaminde

El paso por la Facultad de Ingeniería de Deusto se ha grabado en mi memoria como una isla feliz, donde un sol cálido ha tatuado en mi piel un sentimiento de seguridad, serenidad y felicidad que me acompañan todavía hoy y que siguen alimentado la confianza en mí mismo que no tenía cuando entré. Soy grato a todas las personas que he encontrado durante mis estudios y que han ayudado a forjar la persona en la que me he convertido hoy…

¿Qué te llevó a interesarse por el mundo de la tecnología y la innovación?

Creo que la tecnología y la innovación me interesan desde muy pequeño. Siempre me ha gustado saber cómo funcionan las cosas que están a mi alrededor e intentar descubrir qué se puede hacer para que funcionen mejor.

En la época que tuve que tomar la decisión de emprender mis estudios de Ingeniería Informatica, ni la informática ni la tecnología en general estaban tan presentes en nuestras vidas como lo están hoy en día. Así que la decisión la tomé un poco a ciegas, entre mi madre que llevaba un par de años preguntándome por qué no estudiaba informática y el adolescente que era que se veía entrando en un mundo futurístico vestido de superhéroe.

Después de casi treinta años entre estudios y vida profesional, todavía me acuerdo del discurso de bienvenida que nos dio Asun Barredo en el lejano 1995. Nos anticipó que, aunque la carrera que acabábamos de empezar era de cinco años, nos convenia equiparnos de ordenador e Internet porque tendríamos que descubrir y aprender cosas nuevas el resto de nuestra existencia. En mi caso, no se equivocó ni lo más mínimo, nunca se acaba de aprender.

¿Cuál ha sido tu mayor desafío profesional hasta ahora y cómo lo has superado?

Después de más diez años de trabajo casi puramente técnico en el desarrollo de aplicaciones y en los que había llegado a liderar equipos de manera informal y con una metodología de trabajo que ahora llaman Agile, me encontré en una empresa multinacional que proponía y propone como modelo de prestación de servicios 10%-90%, donde 10 es el porcentaje de personas que trabajan desde Europa occidental y gestionan la relación con el cliente y 90 el porcentaje de personas en países con un costo de vida menor, como Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, India, China, Filipinas y otros, desde donde se suministran los servicios.

Las opciones eran dos: cambiar de trabajo o enfocar el desarrollo de mi carrera hacia la gerencia. Decidí quedarme y los primeros meses fueron duros porque con la etiqueta “técnico” escrita en la frente, muchas personas me veían como un gerente sin experiencia sin dar valor a mis conocimientos del ciclo completo de vida de desarrollo de software.

Como ya había hecho en el pasado, decidí obtener una certificación para poner en valor mis conocimientos y mi experiencia y en 2014 me certifiqué PMP de PMI. PMP es una certificación en Gerencia de Proyectos reconocida a nivel mundial: Project Management Professional de Project Management Institute. Los requisitos para obtener esta certificación son de al menos 40 horas de curso de formación homologado y tres años de experiencia profesional trabajando en modo proyecto. A todo esto, tuve que añadirle entre dos y tres horas de trabajo personal durante casi seis meses.

¿Cómo has logrado mantenerte actualizado y a la vanguardia en un campo tan cambiante como la tecnología?

No sé si era yo que no me había dado cuenta antes o si para las responsabilidades de mis puestos de trabajo precedentes no era necesario actualizarse tan frecuentemente, pero desde hace cinco años a esta parte veo que todo cambia y se actualiza mucho más rápidamente y conocimientos que antes se actualizaban en años ahora lo actualizan en meses.

Paso una buena parte de mis jornadas de trabajo (unas dos horas al día) y una parte de mi tiempo libre a formarme y tengo que reconocer que es como hacer deporte, te hace sentirte bien. Opto principalmente por una formación continua, hoy en día gracias a Internet tenemos acceso a casi cualquier tipo de aprendizaje a distancia y podemos variar enormemente los métodos de estudio, así como planificar y adaptar el aprendizaje a nuestra disponibilidad y ritmo idóneo. Con la edad uno se conoce mejor y sabe cuáles son los momentos de la jornada más productivos, en mi caso trabajando desde casa desde hace diez años, las mañanas temprano o al final de la jornada, que generalmente coinciden con los momentos más tranquilos donde es más fácil concentrarse sin ser interrumpido. Personalmente pienso que es mejor variar las fuentes de información: plataformas de cursos online con cursos asequibles bajo demanda, lectura de artículos y sobre todo la red de contactos que me he ido creando a lo largo de los últimos años y que permiten ayudar y ser ayudado y también aprender gracias a la experiencia de los demás.

¿Qué consejos le darías a las y los Alumni de la Universidad de Deusto que están empezando su carrera en el campo de la tecnología?

Espero que Asun siga dando buenos consejos y que nos les hagan falta los míos. Bromas aparte, tengo dos hijos de 19 y de 18 años, Haizea y Hegoi. Haizea cursa estudios universitarios en Francia y Hegoi parece que quiere seguir los pasos de su padre, ha apenas hecho el examen de admisión para Deusto y es una de las opciones que baraja para el próximo curso. Siempre les he dicho que no es importante lo que hagan sino cómo lo hagan, que hay que poner entusiasmo en todo y respetar siempre los propios valores.

En lo especifico de estudios técnicos, aconsejaría no desesperarse por la inmensa cantidad de fuentes de información disponibles y opciones a disposición para solucionar cualquier problema. Que no se olviden nunca de que en la mayoría de los casos son ingenieros y que la mejor arma que tienen a disposición para conseguir cualquier cosa es el ingenio que desarrollaran a lo largo de sus estudios y carreras y que no tengan miedo a equivocarse.

También les recordaría que vivimos en sociedad y trabajamos en sociedad y saber trabajar autónomamente es tan importante como saber trabajar en equipo y relacionarse con los demás. El trabajo en equipo será una realidad más tarde en sus vidas profesionales.

Agradeciéndote por tu participación en nuestro número de Deusto Alumni Time, ¿qué recuerdos guardas de tu paso por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto?

Soy yo el que os agradece la posibilidad que me habéis dado de expresarme y darme un baño en el pasado. Los recuerdos son muchos, el principal es haber entrado niño y haber salido niño grande, de haber llegado con ganas de aprender y de vivir y haberse ido con muchos conocimientos y todavía más ganas de aprender y de vivir. El paso por la Facultad de Ingeniería de Deusto se ha grabado en mi memoria como una isla feliz, donde un sol cálido ha tatuado en mi piel un sentimiento de seguridad, serenidad y felicidad que me acompañan todavía hoy y que siguen alimentado la confianza en mí mismo que no tenía cuando entré. Soy grato a todas las personas que he encontrado durante mis estudios y que han ayudado a forjar la persona en la que me he convertido hoy; aprecio especialmente la influencia positiva de modelo de adulto que encontré en tantos docentes y personal administrativo y todas las amistades que me hice en esa época y, por supuesto, tampoco me he olvidado de lo bien que me lo pasé.