Skip to main content

Alberto López de Biñaspre Maurolagoitia

seguir posicionados como líderes en nuestro sector … el secreto para alcanzar este objetivo se fundamenta realmente en el desarrollo de nuestros equipos y en la propia transformación de nuestra cultura de empresa. Nuestro éxito radica en la apuesta estratégica de la compañía por la innovación en el mundo de la fabricación avanzada y la industria 4.0, que nos está permitiendo crecer, generar empleo y desarrollar profesionalmente a nuestros equipos.

Desde 2018 eres el Director General de Lantek, multinacional centrada en el desarrollo y comercialización de soluciones de software CAD/CAM/MES/ERP y pionera en la transformación digital de las empresas del sector del metal. ¿Cómo valoras la relación con vuestros competidores más directos? ¿Es, como nos cuenta la ficción, una guerra sin cuartel por conseguir patentes, clientes y/o cuotas de mercado, o, por el contrario, existe algún tipo de relación colaborativa entre las empresas del sector? ¿En el entorno local? ¿En el entorno internacional?

La competencia es un elemento clave en cualquier industria, especialmente en los sectores más avanzados y tecnológicos. De hecho, permite que el libre mercado sea una realidad y es una herramienta que aporta beneficios a las empresas, ya que nos obliga a aprender, a evolucionar y a mejorar. Es un aliciente para la mejora continua y una vía de crecimiento en un mercado global y muy cambiante. En muchos casos aporta también mejoras en el desarrollo de los productos y en los servicios a los clientes. En definitiva, es un factor clave en la innovación.

Por supuesto, todo esto ocurre siempre en contextos de competencia sana y leal, lo que se ha venido a denominar “fair play”. Es precisamente en la forma de competir donde mejor se muestran los valores, los principios y la ética de cada compañía, así como el nivel de compliance de sus directivos, que forjan y definen, por tanto, su propia cultura de empresa.

En este contexto de competencia, para nosotros en Lantek es importante la colaboración y la continua búsqueda de sinergias que siempre redundan en mejoras para los clientes y su propia productividad y eficiencia, haciéndolos más competitivos. Es una práctica valiosa dada nuestra apuesta por la innovación en la que englobamos nuestra colaboración en Clúster sectoriales como AFM y Gaia, en proyectos estratégicos con otras empresas o colaboraciones con Universidades.

En el ámbito personal, ¿qué se siente al ser el máximo responsable de una de la treintena de empresas vascas consideradas como multinacionales líderes mundiales en sus sectores?

Sin duda es un orgullo, y también se siente una gran responsabilidad. Las expectativas siempre son elevadas y esto nos lleva a estar continuamente enfocados en nuestro proceso de Innovación y de mejora continua para adelantarnos a las necesidades de la industria y seguir posicionados como líderes en nuestro sector.

Personalmente, mi experiencia me ha demostrado que el secreto para alcanzar este objetivo se fundamenta realmente en el desarrollo de nuestros equipos y en la propia transformación de nuestra cultura de empresa. Nuestro éxito radica en la apuesta estratégica de la compañía por la innovación en el mundo de la fabricación avanzada y la industria 4.0, que nos está permitiendo crecer, generar empleo y desarrollar profesionalmente a nuestros equipos.

Por otro lado, nuestro alto nivel de internacionalización es otro de nuestros pilares clave y también retos del día a día, que nos obliga a estar pendientes y atentos a las nuevas tecnologías y tendencias tanto en los 14 países donde tenemos presencia directa como en el resto de mercados internacionales donde distribuimos nuestras soluciones.

Con su sede en el Parque Tecnológico de Álava, Lantek cuenta con oficinas propias en 14 países de América (Estados Unidos, México, Argentina y Canadá), Europa (Alemania, Francia, Italia, Polonia y Reino Unido), Medio Oriente (Turquía y Emiratos Árabes Unidos) y Asia (China –Shanghai, Tianjin y Wujan -, Corea del Sur – Busan y Seoul). Cuatro grandes regiones muy distintas, nada homogéneas internamente, y en cada una de ellas con una multiplicidad de sensibilidades técnicas, productivas y comerciales. ¿Qué común denominador encuentras entre ellas desde una perspectiva mundial? ¿Cuáles serían, en tu opinión, las mayores diferencias?

Así es, somos una compañía que ha evolucionado y crecido durante 35 años de la mano de sus equipos y colaborando con clientes y partners. Nos sentimos afortunados y agradecidos de haber llegado hasta aquí. Nuestra apuesta firme por la innovación nos ha permitido posicionarnos de manera sólida a nivel internacional en el ámbito de la Industria 4.0, y nos ha convertido en una empresa líder de nicho en soluciones de fabricación avanzada y de software para el sector del metal.

El alto nivel de internacionalización es uno de nuestros pilares, y el gran valor y estabilidad que proporciona al negocio y al equipo queda patente en años complejos como el 2020, en el que a pasar de su complejidad hemos continuado creciendo e invirtiendo en I+D.

Somos una multinacional madura con presencia directa y oficinas propias en catorce países, características que nos proporciona una perspectiva y visión global del sector y de las tendencias en los diferentes países. Así hemos logrado superar este año la cifra histórica de 25.000 clientes.

Todo esto sin perder de vista la estrategia de ser una empresa global con enfoque local, adaptándonos a cada mercado y teniendo muy en cuenta la idiosincrasia de cada país: sus particularidades y cultura, su forma de hacer negocios, sus necesidades de mercado, dando servicio al cliente en la lengua local (ofrecemos soporte en 18 idiomas), etc.

Es una apuesta estratégica que nos permite acercarnos a nuestros clientes, entender mejor sus necesidades y ofrecerles soluciones adaptadas para resolver su problemática y hacerles más competitivos. Un indicador claro del éxito de este modelo es que alrededor del 90% de nuestra facturación procede ya del mercado internacional.

Como común denominador de todas estas regiones, podríamos afirmar que todas tienen como objetivo evolucionar y favorecer la digitalización de la industria, permitiendo a los fabricantes emprender la transición hacia la Industria 4.0 y su digitalización para ser más competitivos y eficientes en el mercado global. La industria en cualquier país del mundo demanda soluciones para aumentar la eficiencia de sus procesos, reducir costes y aumentar la calidad. En Lantek aplicamos tecnologías habilitadoras como IoT, Big Data, Inteligencia Artificial, etc., para lograr estos objetivos y avanzar hacia la fábrica digital y conectada, con el objetivo de apoyar la competitividad de nuestros clientes y partners.

Desde 2002 tu carrera profesional se desarrolla con una clara proyección internacional liderando equipos en distintos ámbitos en el seno de las compañías en las que has trabajado y en muy diversas regiones del mundo. En tu opinión, ¿cuáles han sido las principales dificultades a la hora de compaginar la cultura empresarial de una multinacional con las culturas y tradiciones locales?

Efectivamente, siempre he disfrutado trabajando en entornos y proyectos internacionales, con equipos multidisciplinares y de entornos muy distintos. Uno de los retos es siempre lograr el equilibrio entre crear una cultura común, reforzar el sentimiento de pertenencia y lograr funcionar como un equipo, y por otro lado, hacerlo sin ralentizar los procesos en las unidades locales, ejecutando los proyectos y servicios con una sensibilidad y adaptación local claves para tener éxito y poder crecer.

¿Qué recomendación darías a los y las Alumni de Ingeniería de la Universidad de Deusto que quisieran vincularse a proyectos empresariales como el que representa Lantek?

Compartiría mi propia experiencia, por si les pudiera ayudar a hacer su propio camino. Les recomendaría tres cosas. En primer lugar, buscar empresas que sean un referente en su sector y que puedan ofrecerles un reto tecnológico en el que desarrollarse profesionalmente como ingenieros. Por otro lado, poner en valor sin duda el que el proyecto tenga visión global y la empresa presencia internacional, factores que les abrirán el mundo, dándoles acceso a nuevas oportunidades, la experiencia de conocer otras culturas, trabajar en otros países y enriquecerse también con otras formas de abordar y resolver problemas técnicos y en la vida. Finalmente, además de estos aspectos, les diría que valoren mucho los intangibles, sobre todo la cultura y los valores de la empresa que es lo que van a vivir a diario en su proyecto y hace que el proyecto profesional tenga sentido.

No sin antes agradecerte por tu tiempo, ¿podrías contarnos qué recuerdos guardas de los años pasados por las aulas de la Universidad de Deusto?

Ha sido un placer compartir este rato. Guardo buenos recuerdos de estos años, y por supuesto, de los amigos una fase clave para cualquier estudiante. También las interminables horas en los laboratorios hasta conseguir poner en marcha cada proyecto, algo que después ejecutando y poniendo en marcha proyectos por el mundo fue muy importante. Y como no, las clases míticas con profesores como Iriondo, Tajes o Evaristo Kahoraho.