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Iker Vélez de Mendizábal

Estudiar el MBA, me permitió entender que todas las áreas de una empresa son complejas si profundizamos en cualquiera de ellas, pero tener una visión general nos permite entender cómo se engranan y cómo cada una es importante para que una empresa tenga éxito.

Finalizas tu ingeniería informática en 2002. Ocho años después, decides volver a la Universidad de Deusto para realizar el Executive MBA (EMBA). En tu opinión, tras ocho años de experiencia profesional ¿cómo ha completado el máster tu formación y experiencia previas?

Si tuviese que decir una sola cosa, diría que estudiar un máster me sirvió para quitarme miedos y abrirme la mente. En mi primera etapa profesional, había ciertas áreas con las que no había tenido contacto, como por ejemplo las finanzas, el marketing o la estrategia. Estudiar el MBA, me permitió entender que todas las áreas de una empresa son complejas si profundizamos en cualquiera de ellas, pero tener una visión general nos permite entender cómo se engranan y cómo cada una es importante para que una empresa tenga éxito. El poder tener una visión de conjunto del funcionamiento de una empresa mejora muchos aspectos del día a día, como por ejemplo: la toma de decisiones, la priorización de tareas o la gestión de las personas, por mencionar algunas.

En tu trayectoria, dedicas quince años a trabajar en el mundo de las Consultoras en la optimización y digitalización de procesos y desarrollo de plataformas mediante el uso de Big Data. Desde hace tres, das el salto a la producción de soluciones basadas en la Inteligencia Artificial. ¿Podrías contarnos dónde te sientes más cómodo y cuáles son las mayores diferencias y similitudes entre estos dos mundos?

Simplificándolo mucho, en ambos trabajos (y en la mayoría de los trabajos), tienes que analizar los medios y presupuesto de los que dispones, el tiempo y ejecutar con precisión el proyecto. La diferencia la va dando la experiencia que nos hace más inteligentes y nos permite priorizar, motivar al equipo, anticiparnos a los problemas… Es decir, que ambos trabajos son bastante parecidos, pero dicho esto, la principal diferencia que yo veo entre mi etapa en consultoría y la actual en Sherpa.ai, es la libertad. En Sherpa.ai podemos definir con más libertad nuestro trabajo, decidir con quién queremos colaborar, innovar y trabajar en un roadmap de producto, que nos permite experimentar y descubrir cosas nuevas dentro del ámbito de la Inteligencia Artificial. Como en cualquier negocio, siempre hay clientes que mandan, pero tenemos ese margen para definir nuestro camino y eso es algo que valoro mucho y no todas las empresas tienen.

Desde 2017 eres el COO en Sherpa.ai. ¿Consideras que el giro que ha dado en este último año la telematización de nuestras vidas se consolidará tanto en nuestros hogares como en las empresas?

Nadie discute que la tecnología es una de las mayores palancas de transformación del mundo y, probablemente, uno de los ámbitos que más se está transformando es el de la manera en la que nos comunicamos, tanto en el trabajo como con familiares y amigos.

Esta manera de comunicarnos no ha parado de evolucionar. A la gente más joven le parecerá una locura, pero recuerdo que hace veintitantos años salíamos a hacer una llamada a una cabina de teléfonos y hoy en día podemos hacer una video-llamada entre varias personas en cualquier lugar del mundo y ¡gratis! En los próximos años, veremos que la tecnología nos dará más facilidad para conectarnos desde cualquier sitio, desde múltiples dispositivos, con hologramas, quizás por ondas cerebrales… el límite lo pondrán las políticas de privacidad y nosotros mismos.

¿Qué recomendación darías a los y las Alumni de la Universidad de Deusto en cuanto a la realización de un máster, como fue tu caso con el EMBA, tras haber transcurrido unos años en el mercado laboral?

Hay recomendaciones que daría a personas en base a su edad, de 12-15 años que se interesen por la tecnología, la programación y los idiomas, a partir de los 15, hasta acabar los estudios universitarios, que hagan al menos un curso en el extranjero y a los que llevan varios años trabajando y no están del todo conformes con su día a día que se formen, y una fórmula estupenda, es hacer un EMBA. A mi me permitió, por un lado, compatibilizar los estudios con el trabajo (ya que no podía dejar de trabajar) y por otro enriquecer mi conocimiento en otras áreas de la gestión empresarial y conocer a gente fantástica.

Además, trabajar unos años y luego formarte es muy enriquecedor, porque muchas de las cosas que te enseñan tienen un encaje mucho más claro en tu día a día y en el contexto de tu empresa, tiene mucho más sentido y es más práctico, sobre todo si lo comparamos con la época universitaria, en la que todo es más abstracto.

Tras agradecerte por tu colaboración, y habida cuenta de las dos titulaciones que has obtenido en ella, ¿podrías contarnos qué recuerdos guardas de los años pasados en la Universidad de Deusto?

Mis años en la facultad de Ingeniería los recuerdo con mucho cariño. La verdad es que no era de ir mucho a clase y era de los que estudiaba cuando los exámenes estaban encima… En la segunda etapa, estudiando el EMBA, aprendí a disfrutar en clase porque, como decía antes, todo encaja mejor y tiene más sentido. El formato también es muy cómodo, muy basado en casos y en participar y debatir en clase. Tengo un magnífico recuerdo de todos mis compañeros y de disfrutar en las clases, a lo largo del EMBA me di cuenta de que la formación no es una imposición, sino que es algo para disfrutar.