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Natalia Basterrechea

Salvo las prácticas que realizas en la Comisión Europea, has dedicado toda tu carrera profesional a la ley y las comunicaciones. ¿Cuándo nace en ti esta pasión por el maridaje de estos dos mundos?

 La verdad es que, después de mi carrera, aposté fuerte por expandir mis conocimientos y mi experiencia a nivel internacional. Mi paso por Bruselas me permitió entender que no quería ejercer el derecho en un despacho y que mi visión del derecho podría ser más útil en el mundo empresarial y en un sector dinámico. Apareció la oportunidad de trabajar en Airtel en el ámbito europeo y no lo dudé. En aquel momento la tecnología no era un sector tradicional al uso y el trabajar en este ámbito conllevaba cierto riesgo, pero la curiosidad y las ganas de aprender me llevaron a ir de aventura en aventura.

Me siento muy afortunada de haber estado, desde prácticamente sus comienzos, en empresas que han contribuido a cambiar la forma en que la gente se comunica y de esta manera a ayudar a acercar el mundo.

A la velocidad que han evolucionado tanto las telecomunicaciones como las redes sociales y teniendo en cuenta la globalización de su uso, sabiendo que hay que velar tanto por los derechos de las compañías como por los de las personas que las utilizan, ¿cómo valoras la evolución de las legislaciones, tanto internacionales como nacionales, en este sentido?

La experiencia en las diferentes organizaciones en las que he trabajado me ha permitido ver que cada sector necesita en cada momento diferentes soluciones legislativas y que es importante no frenar la innovación. Hay que destacar que la apuesta global de las empresas tecnológicas siempre tiene que ir acompañada de reglas de juego armonizadas y estables. De ahí que fuera interesante vivir la liberalización de las telecomunicaciones en 1996 y en este momento estar involucrada en el desarrollo de un mercado único digital en Europa.

En Facebook abogamos por una regulación efectiva y que logre el equilibrio correcto entre, por ejemplo, reducir daños como los causados por el discurso de odio y proteger los derechos de las personas a la privacidad y la libertad de expresión. También apoyamos una regulación que apoye la innovación. De lo contrario esta se convierte en una barrera para los nuevos participantes y evita el desarrollo de nuevos productos que las personas de todo el mundo aman y usan todos los días.

Las generaciones más jóvenes apuestan por redes ágiles, casi instantáneas, y completamente visuales. Aparentemente, Facebook se ha convertido en la red de las y los veteranos. Según tu opinión, ¿cuáles serían las causas de esta diferenciación generacional? ¿Tiene vuelta atrás?

 Lo que ocurre es que las audiencias están más diversificadas. Hoy día a la hora de estar en contacto y compartir información, hay muchas opciones en el mercado y la gente escoge la que más se ajuste a sus necesidades, lo cual es algo muy positivo. Nuestra plataforma sigue siendo un lugar fantástico para llegar a la gente más joven, y no olvidemos que además de Facebook, los jóvenes están usando muy activamente Instagram, Messenger y WhatsApp, que también pertenecen a nuestra familia de aplicaciones. Lo más importante para nosotros es ver cómo estas personas utilizan nuestras plataformas para conectarse y para crear comunidades que sean significativas.

No podíamos evitar preguntarte por las medidas tomadas por Facebook en cuanto a la detección y control de la propagación de noticias falsas. Cuéntanos algo más de los esfuerzos de la compañía en este sentido.

En Facebook nos tomamos muy en serio esta responsabilidad. Todos queremos información precisa, especialmente en torno a las elecciones. De ahí que estemos tomando medidas enérgicas para abordar el problema de las noticias falsas.

Trabajamos en tres ámbitos para mejorar la calidad y autenticidad de la información en Facebook. Por un lado, eliminamos cuentas falsas y contenido que viola nuestras Normas Comunitarias o nuestras políticas de publicidad; Además, reducimos la distribución de las noticias falsas y contenido inauténtico como el clickbait; y por último, informamos a las personas dándoles más contexto sobre las publicaciones que ven.

Otra parte de nuestra estrategia es asociarnos con verificadores de datos externos para revisar y evaluar la exactitud de los artículos y publicaciones en Facebook. En este momento trabajamos con 43 verificadores externos en todo el mundo, incluida España, y nuestra experiencia muestra que, una vez que una historia es calificada como falsa, somos capaces de reducir su distribución en un 80%.

Y por supuesto, colaboramos con organizaciones locales de toda Europa, así como con académicos, para promover la alfabetización mediática, y financiamos investigaciones académicas sobre la desinformación y la alfabetización digital.

Por otra parte, creemos que cuando se trata de publicidad en Facebook, es necesaria una mayor transparencia, para que la gente pueda saber quién es el anunciante y ver los anuncios que tiene publicados, especialmente los relacionados con la política. Por esa razón hemos creado un nuevo estándar para la transparencia de los anuncios. Este nivel de transparencia es bueno para la democracia y para el proceso electoral. La transparencia ayuda a todos, especialmente a las organizaciones no gubernamentales y a los periodistas, a hacer que los anunciantes se responsabilicen de lo que dicen ser y de lo que dicen a los diferentes grupos.

No podemos evitar todas las noticias falsas y también sabemos la importancia de la libre expresión en una sociedad democrática. Es un balance en el que estamos invirtiendo muchos esfuerzos. Hay malos actores que están bien financiados, y esto requiere una vigilancia y colaboración constantes para seguir adelante.

¿Qué aconsejarías a las y los Alumni de la Universidad de Deusto para hacer un buen uso responsable de las redes sociales?

Al igual que ocurre en la vida real, en internet hay malos actores y es esencial priorizar la protección y la seguridad, por eso en Facebook siempre recomendamos cada cierto tiempo, revisar la configuración de privacidad.

Queremos crear un Internet donde las comunidades puedan unirse y las personas puedan tener una voz, sin interferencias ni abusos. La tecnología tiene un impacto positivo: ayudar a las personas y comunidades a unirse y progresar. Pero, lamentablemente, no todos comparten estos valores.

Tenemos un trabajo importante por delante, pero nuestro objetivo principal es mejorar constantemente con el tiempo. Por eso estamos haciendo inversiones en herramientas y en nuestro equipo global de seguridad y protección. También es esencial que la sociedad tenga las competencias necesarias para afrontar el futuro. De ahí que la formación en el buen uso de la tecnología sea fundamental.

Todos tenemos un trabajo más amplio para garantizar que los niños, los padres y la sociedad en general estén informados y desempeñen un papel para garantizar su propia seguridad. Recientemente hemos lanzado en España el programa Generazión dirigido a los más jóvenes y a los padres y profesores https://home/alumnitimedeusto/public_html.generazion.org y tenemos una Biblioteca de alfabetización digital para ayudar a los jóvenes a desarrollar las competencias necesarias para transitar el mundo digital, consumir información de forma crítica, y producir y compartir contenido de manera responsable.

¡Gracias por tu tiempo! ¿Podrías terminar compartiendo con nosotros algún recuerdo de tu paso por las aulas de la Universidad de Deusto?

Esa época fue una etapa fascinante ya que me enfrentaba por primera vez al reto de decidir en cierta manera mi vocación. Recuerdo con intensidad la cantidad de información que recibíamos y que nos proporcionaba un punto de vista diferente, en concreto el ámbito del derecho político y el entendimiento de la geopolítica y del funcionamiento de las instituciones. En realidad fue un reto pero que luego ha cobrado sentido durante el ejercicio de toda mi carrera profesional.

¡Sin olvidar por supuesto la cafetería! ¡Y las peceras en las que pasé muchas horas entre libros y apuntes!