Para mí es muy importante que el trabajo que se hace desde las universidades sirva para mejorar la sociedad en la que vivimos. (…) Que las clases sirvan para formar a los mejores psicólogos y psicólogas en su ejercicio, muy vinculado con el servicio a la gente. Que los estudios puedan cambiar políticas y que el conocimiento sirva para asesorar en las líneas estratégicas.
El pasado 25 de febrero de 2019, en la Sede del Ministerio de Economía y Empresa, en la sesión constitutiva del Consejo Asesor del Juego Responsable (CAJR) de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), se nombra como miembro de dicho Consejo a la profesora Ana Estévez.
Te licenciaste y doctoraste en Psicología, perteneces al departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, y tus intereses de investigación son los trastornos de juegos de azar, nuevas adicciones sin sustancia, violencia, y procesos cognitivos. ¿Esperabas este nombramiento? ¿Qué supone para ti?
No me lo esperaba. Había tenido la experiencia previa de acudir a una comparecencia en el Congreso de los Diputados en la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas para informar sobre el impacto de la publicidad del juego en los jóvenes, pero había sido algo muy puntual. Para mí es muy importante que el trabajo que se hace desde las universidades sirva para mejorar la sociedad en la que vivimos. Es el objetivo de todo lo que hago. Que las clases sirvan para formar a los mejores psicólogos y psicólogas en su ejercicio, muy vinculado con el servicio a la gente. Que los estudios puedan cambiar políticas y que el conocimiento sirva para asesorar en las líneas estratégicas.
Llevas años trabajando e investigando en la clase de tipologías antes mencionadas. ¿Cuál ha sido la evolución de las mismas en los últimos años? ¿Podemos ser optimistas al respecto?
Empecé en el año 2000 a trabajar con el colectivo de personas con problemas de ludopatía. Coordiné la Asociación Ekintza-Aluviz y fueron años de mucho trabajo. La ludopatía no estaba bien vista y acudían al centro muchas personas en busca de ayuda. En estos años, ha habido muchos cambios en numerosos sentidos. El trabajo realizado ha servido para visibilizar una problemática que tiene consecuencias muy graves para quienes la viven y para su entorno más cercano. También el perfil de las personas que acuden al centro. Son cada vez más jóvenes y el lapso de tiempo que pasa desde que empiezan a jugar a tener consecuencias en su vida es cada vez menor. En este momento en gente más joven pasan a veces de 6 meses a 1 año, cuando antes venían jugadores que llevaban 20 años jugando. Son muchos los elementos que han contribuido, la proliferación de juegos, el acceso a internet, etc.
Es importante ser optimista para ser tractor y poner ilusión en lo que se hace, pero lo importante es seguir trabajando. En estos años, la FEJAR (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados) ha conseguido, con el trabajo de todos y todas, muchos avances en numerosos sentidos, aunque queda mucho por hacer. Lo más importante es que como sociedad tengamos valores que protejan y prevengan a los colectivos más vulnerables como son los jóvenes y adolescentes. Para mí es una tarea fundamental. Desde la Asociación Ekintza Aluviz me hicieron miembro de Honor de la misma y ha sido una de las cosas que he vivido que más me ha interpelado. Lo he sentido como una responsabilidad desde la posición que tengo como profesora: dar a conocer la problemática y participar en los diferentes foros para que pueda visibilizarse.
Según recientes datos publicados, la ludopatía afecta a cerca de 43.000 personas en Euskadi – en torno al 2% de la población. Esta cifra hace referencia seguramente a los casos diagnosticados y tratados. Según tu experiencia, de ser así, ¿cuál sería el dato aproximado del número real de las personas afectadas por esta enfermedad en nuestra comunidad?
Es una de las respuestas más difíciles de dar. No hay estudios epidemiológicos recientes. Es necesario hacer estudios en esa línea. Con el Plan Nacional de Drogas estamos desarrollando estudios con jóvenes y adolescentes para conocer cuál es su situación. Sin embargo, es necesario hacer estudios con población general.
El CAJR fue creado en 2013, con el objetivo básico de asesorar a la DGOJ en la definición y diseño de la Estrategia de Juego Responsable y en el establecimiento de las líneas maestras a seguir en esta área. ¿Cómo afrontar el dilema de luchar por una prevención efectiva de la ludopatía y al mismo tiempo ser testigo de la potente maquinaria publicitaria de La Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado, S.M.E, S.A., adscrita al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, fuente de grandes ingresos para las arcas públicas?
En estos casos no sabría decir si hay o no un dilema. La protección a los más vulnerables es siempre lo más prioritario. No tienen necesariamente que ser contrapuestos. El problema del juego cuesta también mucho dinero al Estado por otras vías a través de servicios de sanidad, bajas, etc.
¿Qué aconsejarías a las y los Alumni de la Universidad de Deusto para colaborar en la promoción del uso responsable del juego y de qué forma podrían implicarse en ella, haciendo partícipes a sus círculos de familiares y amigos?
Es importante que se hable de ello para que se conozca y se pueda prevenir y tratar. El conocimiento es un paso imprescindible. Sin embargo, no sé si es necesario hacer algo tan específico para el juego. Creo que el trabajo de determinados valores favorece la prevención a todos los niveles. El valor de lo económico en nuestra sociedad frente a otros valores es un valor arraigado y es uno de los motivos principales por los que los y las jóvenes y adolescentes juegan. La capacidad de ponerse en el lugar del otro, entender que es diferente; la capacidad de tomar decisiones sin la presión de grupo, etc. Son aspectos preventivos para muchos aspectos de la vida.
Volviendo a tus años de estudiante y dándote las gracias por tu tiempo, para terminar, ¿qué recuerdos guardas de esos años y podrías compartir con nosotros?
Fueron muy buenos años. En mi caso siempre compaginé estudios con voluntariado y eso me sirvió para abrir los ojos a muchas realidades. Creo que fue fundamental para tener la visión que hoy tengo de las cosas. Estudiar psicología me gustó mucho y sigo disfrutando de aprender cosas nuevas. Fue una etapa también de conocer a muchas amistades que sigo manteniendo.