Europa tiene que promover en sus políticas la justicia social, y no es posible hacer política científica excluyendo a la mitad de la población
El pasado 25 de septiembre, el Parlamento Europeo celebró una jornada de reflexión sobre el papel de la mujer en la ciencia en el que participó Lorena Fernández. Destacó en su intervención la importancia de las iniciativas con niñas y adolescentes, como el proyecto INSPIRA, que busca empoderar a las niñas y promover vocaciones tecnológicas.
Women in Science, Recomendaciones para mejorar el Horizonte Europa (Horizon Europe: programa para la promoción de la investigación científica y la innovación en la Unión Europea en el periodo 2021 – 2027) mediante una perspectiva de género. Parlamento Europeo, 25/09/2018. Lorena Fernández ha sido una de las seis mujeres invitadas al evento. ¿Qué sentiste al recibir la invitación?
Pues una mezcla de emociones: sorpresa, orgullo, responsabilidad, miedo, el síndrome del impostor haciendo de las suyas… Pero lo mejor fue lo que sucedió inmediatamente después, al llamar a mi familia para contárselo. La respuesta de mi madre fue “Hija, ¿no será un poco mucho para ti?”. ¡Mi madre! ¡Mi principal apoyo! Obviamente lo hacía desde la perspectiva de la protección. No quería que sufriese con los nervios que sabía que me iban a perseguir. Pero la “anécdota” me vino de perlas para arrancar mi intervención en el Parlamento para ilustrar cómo es esencial trabajar la confianza de nuestras niñas y jóvenes, pues reciben a diario mensajes como ese: del “no seas mandona” que ellas escuchan al “tiene dotes de liderazgo” que escuchan ellos; del “qué guapa eres” al “qué listo eres”; del “eres muy trabajadora” al “eres brillante”. Eso les hace pensar que son malas en matemáticas, aunque saquen las mismas calificaciones que en lengua, por ejemplo. Según un estudio publicado en Science, las niñas con 6 años ya piensan que son menos listas que los niños. ¡Con seis años!
En el Parlamento Europeo más de doce miradas estaban puestas sobre ti mientras hablabas del acceso a la ciencia de la educación superior. Incidir en la importancia de las personas como agentes de cambio, no sólo en sus relaciones sino también en sus entornos, es uno de tus lemas. ¿Cuál fue el perfil de tu audiencia? ¿De qué manera crees que las reflexiones de esta jornada tendrán el necesario, e imprescindible, impacto en el ámbito de la investigación científica y la innovación en la universidad y en el ámbito europeo?
La audiencia incluía a miembros del Parlamento Europeo y representantes de la Comisión, así como organizaciones STEM, muchas de ellas enfocadas directamente en las mujeres. El objetivo de la sesión era precisamente formular recomendaciones y prioridades para incluir la perspectiva de género en el futuro Programa Marco Europeo de Investigación en Innovación de la UE, Horizon Europe. Europa tiene que promover en sus políticas la justicia social, y no es posible hacer política científica excluyendo a la mitad de la población. Jornadas como ésta buscan precisamente presionar y jugar con el “insistencialismo” para que no se olviden de nosotras.
Llevas años trabajando activamente en la construcción de un espacio común para hombres y mujeres que sea más justo y equilibrado. A medio – largo plazo ¿prevés que seguirán soñando los androides con ovejas machistas?
Si no mejoramos el número de mujeres que estudian carreras científico-tecnológicas, seguro que los androides seguirán soñando con esas ovejas machistas. Necesitamos equipos diversos que diseñen la tecnología mirando desde todas las perspectivas y puntos de vista. Que les interpele y por tanto, corrijan casos como el que nos muestra un estudio de la Universidad de Carnegie Mellon (“Automated Experiments on Ad Privacy Settings. A Tale of Opacity, Choice, and Discrimination”): tras crear 1.000 usuarios ficticios (50% mujeres, 50% hombres) descubrieron que los hombres vieron 1.800 veces un anuncio de un puesto de más de $200,000 de salario mientras que las mujeres lo vieron solo 300 veces.
Habéis abordado en esta jornada temas candentes como el Acceso a la ciencia de la educación superior, Género, cultura y liderazgo en la ciencia y la Investigación científica y género. ¿Qué ideas clave te parece que se han delineado en las conclusiones para Conseguir la ciencia por, para y en las mujeres en el Horizonte Europa (Horizon Europe)?
La jornada no ha concluido. Ahora nos han solicitado que trabajemos precisamente en esas conclusiones y prioridades para remitir a la eurodiputada Soledad Cabezón Ruiz. Pero una de las cosas que salió en la mayoría de intervenciones fue la importancia de tener role models. Espejos donde las niñas se puedan mirar y que no solo sean “supermujeres”. Como dijo la astrofísica Jocelyn Bell, «Además de referentes como Marie Curie, la sociedad necesita modelos normales, cotidianos, para generar vocaciones científicas en las niñas». Un reciente estudio realizado por Microsoft entre 11.500 niñas de toda Europa establece una clara conexión entre la visibilidad de esos referentes femeninos en el mundo de la ciencia y la tecnología y el interés de las niñas por materias STEM. Así surgió en Deusto Inspira STEAM, un proyecto para el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas, basado en acciones de sensibilización y orientación, que imparten mujeres profesionales del mundo de la investigación, la ciencia y la tecnología. Se trata de la primera vez que se utiliza la técnica del mentoring grupal en un proyecto de fomento de las STEAM entre estudiantes de primaria a través de seis sesiones en horario lectivo. En definitiva, inspirar a cada niña para que elija ser lo que quiera ser en libertad. Como diría la astronauta de la NASA Mae Jemison, “nunca permitas que la imaginación limitada de los demás te limite”.
En el contexto de la investigación y la innovación ¿Cuál sería tu recomendación a la universidad de 2018 para crear unas bases sólidas en cuanto al impulso de la participación y reconocimiento de la mujer en la esfera pública y la desprogramación de los roles de género, socialmente construidos?
La universidad debe actuar en edades tempranas porque la tubería que conduce a las jóvenes a las carreras científico-tecnológicas ha goteado ya antes por muchos agujeros, de manera que se vacía por el camino y no llegan. Hay mucho que hacer y en muchos frentes. Recuperemos y contemos la historia de mujeres increíbles que han sido pioneras en ciencia y tecnología y que han sufrido posteriormente el “superpoder” de la invisibilidad. Recuperarlas en libros de texto (el mayor estudio sobre la presencia de mujeres en los materiales educativos españoles, que analizó 115 manuales de tres editoriales, contó de media un 7,5% de apariciones de mujeres en todas las asignaturas de ESO); en series (se habla del efecto Scully: el 63% de las científicas en la treintena lo son por la protagonista de ‘Expediente X’. Aunque sea un personaje de ficción, hemos tenido muchas Dana Scully en la historia); en películas (ejemplos como el de Figuras Ocultas)… Visibilicemos también a mujeres excelentes actuales que han conseguido llegar lejos. Trabajemos en los estereotipos asociados a esas carreras. El imaginario social de la persona que trabaja en ciencia como un ser asocial y friki, además de la dificultad por parte de la comunidad científica para elaborar un discurso que conecte con la gente joven. Tenemos que enseñarles que con ciencia y tecnología se crea, se inventa y se participa de manera decisiva en todos los ámbitos de la vida.